Anguita seduce al gran capital

, Los rojos ya no son lo que eran. Ni los capitalistas. Incluso pueden entenderse perfectamente entre sí. Y compartir un desayuno de café, zumos y pastas en el hotel Ritz de Madrid, aunque no compartan las ideas. Eso es lo que hicieron ayer Julio Anguita, hoy por hoy máximo dirigente de la izquierda comunista, y los representantes del American Business Council, que reúne a los más significados directivos de las multinacionales norteamericanas. Juan Soto (consejero delegado de Hewlett Packard), Timoty W. Davis (director general del Chase Manhattan Bank), Javier Oraa (secretarlo general de General Motors), Amador Huertas (presidente del Citibank), Ralph Schauss (presidente del Bank of America), Héctor Cuéllar (presidente de American Express), José Núñez Cervera (presidente de Coca-Cola España) y Luis Asúa (secretario general del American Business Council) fueron algunos de los que, durante más de dos horas, dialogaron con Julio Anguita, en un encuentro que puede calificarse de inédito en los anales del comunismo español.Dicen que Anguita, que estuvo acompañado por Salvador Jové, responsable del área económica de IU, conquistó el duro corazón del capital "por su claridad y su sinceridad" al explicar el programa que propugna la izquierda en este país, y que no hace dogma de lo de "la tierra para el que la trabaja" -mucho menos lo de arrebatar las fábricas- y hace años que comprendió que dictaduras, ni la del proletariado.

El contacto fue muy clarificador para algunos, que acudieron con alguna prevención a ver en carne mortal a un comunista y salieron de la reunión aceptando que unas gotas de utopía no hacen daño en el cambalache del siglo XX, que dice el tango de Discépolo. Hubo momentos de humor. Así que, cuando Anguita dijo "yo no quiero al Estado", alguno le recordó que ésa era una idea anarquista, y el dirigente de IU replicó: "Un cuarto litro de sangre libertaria no le viene mal a un comunista".

Y cuando explicó su idea de planificación de la economía, otro dijo que eso no era algo que pudieran compartir. "No sé por qué. Digo yo que Coca-Cola, por ejemplo, también tendrá en su política comercial la planificación", contestó con una sonrisa el secretario general del PCE. Uno de los asistentes diría, al término del encuentro, que, "evidentemente, no hablábamos de lo mismo".

El propio dirigente de IU explicó: "No entregué el alma". Y aunque apenas 24 horas antes había asegurado que los comunistas ni asumen ni aceptan el sistema capitalista, sí demostró, en opinión de los presentes, su talante dialogante y su capacidad para el debate. Tal vez por ello, se presentó ante los representantes de las multinacionales con una afirmación que era casi una consigna: "Dejemos los carnés y los dogmas encima de la mesa". Dicen que así lo hizo. Y se entendieron, al menos durante dos horas. Que no es poco, tal como está el patio en estos momentos.