Tranquilidad en las calles
Londres espera pacíficamente, sin sobresaltos en sus calles, el partido Chelsea-Zaragoza. La calma de la capital inglesa despierta cierta envidia en la expedición aragonesa, que aún guarda en su retina la arrasadora visita de miles de hooligans a la capital maña. El centenar escaso de seguidores que han acompañado al Zaragoza apenas se adivinan, ni siquiera en el hotel de concentración. Al contrario de lo que ocurrió en Zaragoza, Londres no ha precisado despliegue policial.El sosiego se atisba incluso en el seno del Chelsea. Hoddle, su entrenador-jugador, ha prohibido la entrada de la prensa a los entrenamientos y no ve de buen grado cualquier declaración de sus jugadores.
Sólo el propietario del equipo, Ken Bates, ha quebrado el rumbo. Bates, un destacado simpatizante del Partido Con servador, ha solicitado al primer ministro John Major -seguidor del Chelsea- su apoyo para presentar una denuncia ante la Unión Europea por la "brutalidad policial" a la que presuntamente fueron sometidos sus hinchas en Zaragoza.
El técnico, de 37 años, es consciente de la deficiente temporada de su equipo. Perdido en la zona media de la Liga inglesa, la Recopa es su único aliciente. Su mediocridad es elocuente: entre los 36 jugadores convocados el pasado martes por el seleccionador nacional Terry Venables, para un entrenamiento del equipo A y el Sub 21 no hay del Chelsea.
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