Indignante indignación
No hace falta pertenecer al club de fans del juez Garzón para sentirse agraviado por la carta Columna indignante, enviada por Francisco Villegas a esta sección (EL PAÍS, 8 de abril). Este caballero, o caballerete, no aguanta que la "señora o señorita" Rosa Montero exprese su opinión en un periódico tan respetable. Pues bien, señor Villegas: pese a no coincidir del todo con la visión de Rosa Montero, en absoluto me he sentido ofendida al leer su columna. Lo que, curiosamente, sí me ha ocurrido en el tercer renglón de su carta. Ese astuto aire despectivo que quiere dar a la expresión "esta señora o señorita" con la que inicia su crítica no muestra más que un rancio tufillo sexista. Ocioso preguntarle si esa necia alusión al estado civil se le hubiese ocurrido en caso de ser un columnista el objeto de sus iras. Si Rosa Montero vive en 1939, ¿en qué caverna se ha quedado usted? Con su tono insulta no sólo a una profesional que ha mostrado infinitas veces su sensibilidad y buen hacer, sino a todas las lectoras de EL PAÍS. Entérense de una vez varones y varoncitos propensos a la machez: hay cosas que, hoy día, las mujeres no tenemos ya por qué aguantar.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.