Mobiliario temible

El temible mobiliario municipal que ha invadido Madrid es un asunto serio, porque, además del significativo rechazo de la primera impresión, se produce otro cuando, andando, vas descubriendo ese bosque esparcido de paneles fijos más que muebles (en madrileño castizo sería peyorativo: ¡vaya mueble!).Quisiera contradecir la alegría de nuestro alcalde cuando sonríe en la prensa para decir: "Los madrileños están muy contentos". Porque comunico honestamente que el amplio entorno que llevo captado está contrariado. Y lo que es peor, mayores y muy jóvenes.

El asunto mobiliario suena corno a invención . y espectáculo, y eso es lo que parecen esos contenedores de luxe (desmesurados los de botellas, y bajo una enorme vela marina los de pilas); tantos cilindros altísimos y tanto tercer modelo (ocioso y molesto rectángulo con pie que se mete en donde no caben los otros).

Una cosa muy grave tienen en común: son pantallas muy obstruccionistas de la visión ciudadana, tapando enorme cantidad de espacio, de perspectivas, de Madrid en fin. Para ver Madrid a gusto habrá que huir de ellas, si es posible, porque no son muebles, son fijos y para siempre, y dicen que de imitación.-