El alcalde de Brunete dimite para no convocar la moción de censura a la que le obligaban los jueces
Aquilino González, del PP, hasta ayer alcalde de Brunete, no cumplió su promesa. Prefirió dimitir antes que convocar el pleno de la moción de censura que le iba aechar del sillón municipal y que daría el bastón de mando a Julio Fernández, independiente. González, que gobernaba en minoría desde hace un año, evitó con esta. táctica que el PP perdiera la alcaldía. El Tribunal Superior de Justicia le había ordenado en febrero convocar la moción de censura para "el inmediato restablecimiento del derecho". La oposición declaró ayer: "Se ha burlado de la ley y de los vecinos".
Aquilino González se rió ayer de los vecinos y de los representantes democráticos de Brunete (3.000 habitantes). El regidor, que había convocado para el martes la moción de censura a que le obligaban los tribunales, presentó su dimisión como alcalde sólo cinco horas antes de la celebración del pleno que él mismo había fijado a las ocho de la tarde.Incluso el secretario general del PP en la localidad, Moisés Marcos, comentó, entristecido: "No se puede jugar con la gente. Estamos rotos por su actitud. Me acabo de enterar de que no iba a dar la cara en el pleno", explicaba a las ocho de la tarde de ayer.
Aquilino González, que a esa hora estaba a bastantes kilómetros de Brunete, da su versión: "Hasta última hora de la mañana estuvimos intentando negociar con los grupos políticos para formar una coalición de centro-derecha. Como no fue posible, dimití. He cumplido la ley, porque convoqué el pleno, aunque no lo celebré. Eso no me lo exigían los jueces". Y sonríe. El PP también le había dado un ultimátum: o convocaba el debate o no repetía como candidato.
Candidato y preso
El ex regidor continúa: "Dimitir ha sido la mejor solución, porque el candidato que me quería sustituir [Julio Fernández] tiene un proceso judicial pendiente y no podía arriesgarme a dejar en mi pueblo un alcalde que pronto puede estar en la cárcel".
Aquilino González se refiere a la denuncia que contra Fernández interpuso él mismo por repartir escritos de carácter político por las casas de Brunete. González también había predicho hace unos meses que otros dos concejales de la oposición irían a la cárcel por adherir pegatinas en el mobiliario urbano. El juez desestimó la demanda.
La oposición (PSOE, IU e independientes), que se encontró ayer con el Ayuntamiento cerrado a cal y canto, improvisó una rueda de prensa en un bar de copas. Un centenar de vecinos escuchó su versión entre aplausos.
Actitud impresentable
José María Vizcay, del PSOE, explicó: "Aquilino no ha debatido la moción de censura para evitar perderla y así impedir que podamos revisar las cuentas municipales. Siempre se ha negado a darnos la documentación. Su actitud es impresentable y demuestra su desfachatez". El portavoz de IU, Manuel Montero, añadía: "El alcalde se ha reído miserablemente del pueblo y de la ley. Ha mostrado claramente lo que es: un enemigo de la democracia".
Por su parte, Julio Fernández, independiente y concejal que contaba con el apoyo de la mayoría para convertirse en alcalde, remachó: "¿Quién va a creer a un político que ni siquiera cumple su palabra?".
La repentina decisión de González de no debatir la moción de censura convierte a Porfirio Cabrera, también del PP, ahora primer teniente de alcalde, en el nuevo regidor. Cabrera cuenta con un plazo de 20 días para convocar el pleno que Aquilino González no se atrevió a debatir ayer. En la futura sesión donde se nombrará un nuevo regidor, sólo los cabezas de hita de cada grupo político podrán optar al sillón de mando.
José María Vizcay retó ayer a Cabrera: "Si Porfirio quiere demostrar que no tiene la catadura moral de González deberá convocar el pleno en un plazo máximo de cuatro días. Así, Brunete se enteraría de que el PP ha cambiado de rumbo".
Como remate, Aquilino González recordó ayer que será el candidato del PP: "Me ha nombrado la asamblea local y ahora tendré más tiempo para preparar mi campaña y elaborar las listas electorales. Mientras tanto seguiré como concejal en el Ayuntamiento".
El secretario general del PP añadió, cabizbajo: "No tenemos otro candidato. Como Génova no ponga otro...".
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