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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Ovidi MontIlor

A primera hora de la mañana, la noticia de tu muerte ha llenado de nubes el cielo de mi corazón y los ojos han sufrido el golpe violento de un caudal de llanto que he tenido trabajos en controlar... Han resbalado por mis mejillas unas lágrimas enlutadas que, a su paso, iban escociendo mi piel, como dejando la huella imborrable de un sentimiento de profunda tristeza...No podía concebir que te habías ido para siempre de vacaciones eternas. Escuché tu voz que días pasados había quedado en el contestador y que, sin duda, era una despedida dulce y casi definitiva que no comprendí del todo.... pues me esforzaba constantemente en creer que te recuperarías, que tu fuerza y tenacidad lograrían vencer el empeño caprichoso y enamoradizo de la Dama de Blanco... ¡Nunca se te rendirá el merecido culto y homenaje, nunca! Has dado, de ti todo lo mejor y nos has dejado abierto tu testamento más hermoso, el del recuerdo imperecedero en nuestro pensamiento, en nuestra alma, tanto. de tu, voz como de tu bondad, de tu asequible ternura y sencillez con la que abastecías a todos, llegabas a ;todas partes con esfuerzo y nunca tuviste un no a los que te pedímos tu presencia para llenar nuestros espacios televisivos, etcétera. Nadie, por mucho que te hayamos querido todos, podremos ser capaces de hacer resaltar todas tus cualidades humanas y artísticas, las múltiples facetas que han enriquecido tu existencia entre nosotros... ¡Fiel e íntegro a tus ideales, a tu tierra alcoyana, a -tus principios de numerosos valores ... ! Tus cenizas han sido esparcidas donde tú deseabas. Tu cuerpo, pequeño y casi siempre vestido de negro, se ha desmenuzado en manos del fuego para convertirte en la siembra espiritual, de tu esencia-. Hermosamente laico, has dejado tu corazón en el aire subyugante que respiramos y, por mucho que el tiempo pase, por más que la gente volvamos a nuestras rutinas, los amigos de siempre, los que te hemos querido honradamente, aun en los silencios, y distancias obligadas por los paralelismos de nuestras vidas, te sentiremos vivo en nuestra memoria, en nuestro yo más auténtico. Tendremos presente, por lo menos yo, tu gran madurez y serenidad a la hora de enfrentarte con el fin, fomentando incluso tu amabilidad y entereza en los últimos momentos... Descansa en paz, goza con plenitud de esas vacaciones -como tú las has llamado- hasta que podamos reencontrarnos.-

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