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CiU conmemora los 15 años de gobierno de Pujol en la Generalitat

Enric Company

El aniversario de las primeras elecciones autonómicas en Cataluña, que hoy se cumple, se ha convertido inevitablemente en la conmemoración de la longevidad del pujolismo, el fenómeno político de mayor duración de la España democrática. Jordi Pujol ganó aquellas elecciones y empezó su trayectoria como jefe del Gobierno catalán apoyándose en, una mayoría parlamentaria aparentemente contradictoria, integrada por el nacionalismo moderado de Convergencia i Unió (CiU), Unión de Centro Democrático (UCD) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC).A lo largo de estos 15 años, Pujol ha alternado aquellos apoyos con una etapa de enfrenta-, miento con los gobiernos del PSOE (desde 1983 hasta 1989) y otra de apoyo a Felipe González (de 1989 hasta 1995). Ahora, cuando se cumplen los tres lustros de su primera victoria, se inicia un nuevo giro que le llevará, casi fatalmente, a colaborar con el Partido Popular (PP).

La capacidad de adaptación de Pujol y su partido a todas las coyunturas no proviene sólo de sus habilidades para negociar. Procede también de su situación en el campo de juego político, algo en lo que ha demostrado ser un maestro. En el eje derecha-izquierda se ha colocado siempre en el centro. A veces, un poco escorado hacia la izquierda cuando el país parecía inclinado a la' izquierda, como cuando hace 20 años se proclamaba admirador del modelo socialdemócrata sueco. Y, en ocasiones, un poco decantado hacia la derecha, como cuando hace 15 años prometió que si ganaba las elecciones no pactaría con los comunistas. Ocupación del centro Las primeras elecciones autonómicas catalanas, celebradas el 29 de marzo de 1980, ratificaron algo que dos semanas antes habían apuntado ya las celebradas en el País Vasco. Además de la oposición derecha-izquierda, en estos comicios incidía también el eje catalanismo-españolismo.

En este eje, Pujol se situó en el ámbito del nacionalismo catalán, tildando de sucursalistas a las fuerzas articuladas como partidos de ámbito español (socialistas, comunistas y centristas), y de radicales o aventuristas a los que, como ERC, se mostraban críticos con la Constitución y el Estatuto de Autonomía.

En el eje moderación-extremismo, Pujol se ha situado siempre como un moderado. Esta colocación en el escenario político se ha revelado como inexpugnable.

Otro factor decisivo para Pujol ha sido la construcción de una potente radiotelevisión autonómica, que su partido controla gracias a las sucesivas mayorías absolutas de que ha dispuesto desde 1984. Este sistema de comunicación ha sido concebido como impulsor de la normalización lingüística, pero actúa también como difusor de la ideología nacionalista y altavoz de las posiciones de CIU en la política española. Un sistema en el que Pujol es una figura blindada.

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