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Comercio contradice a los bomberos con su versión del incendio del palacio

Jan Martínez Ahrens

El Palacio de Exposiciones y Congresos de Madrid aún echa humo. La dirección del edificio, a través del Ministerio de Comercio, hizo ayer pública una versión del incendio en la que se mantiene que los bomberos llegaron 21 minutos después de la primera llamada. Esta afirmación contradice el relato de los servicios de extinción, que aseguran que entraron en el edificio a los seis minutos de recibir el aviso del personal del Palacio de Exposiciones.

La cronología del Ministerio de Comercio sostiene que la primera llamada de socorro se efectuó a las 14.49 y que los bomberos se personaron, aproximadamente, a las 15.10, es decir, 21 minutos después recibir la petición. Los servicios de extinción municipales, en cambio, sitúan la llamada a las 14.51 y su llegada a las 14.57.Asimismo, Comercio sostiene que el fuego fue descubierto a las 14.45 por personal técnico en la entreplanta de la zona del edificio. Los bomberos, en cambio, aseguran que desde dos horas antes ya se percibía en el edificio olor a quemado.

Las primeras versiones apuntan a que el incendio se desató de modo fortuito en un compartimento de la primera planta, situada debajo de la pendiente del auditorio norte (véase El PAÍS del jueves y del viernes). Las llamas, en combustión lenta, ascendieron durante cerca de dos horas sin que el sistema de antincendios, probado la semana anterior por técnicos ministeriales, lo detectase.

El relato de la dirección del Palacio. de Exposiciones, adscrita a la Secretaría General de Turismo, establece que a las 14.46, un minuto después de la supuesta primera detección del fuego, el jefe del departamento de seguridad contraincendios comunicó por megafonía a los técnicos que se desplazasen a la primera y segunda plantas para comprobar si había humo tóxico. En un camaranchón de la planta primera se descubrió una gran humareda. A las 14.48 se accionó el telón metálico que divide el escenario en dos. Entraron entonces en funcionamiento los rociadores.

El jefe del departamento de seguridad contraincendios marcó a las 14.49 el 080, el teléfono de urgencia de los bomberos. En los siguientes cinco minutos, efectuará otras dos llamadas. Al mismo tiempo, dio la orden de evacuación. Sobre las tres de la tarde, el desalojo era prácticamente completo.

El texto facilitado por el Ministerio de Comercio tampoco aclara por qué el fuego fue advertido antes por el personal del edificio que por los sistemas de detección -con sensores de humo y calor-. Los técnicos municipales aventuraron que, posiblemente, el compartimento donde se originó el fuego careciese de sensores.

Esta posibilidad, sin embargo, no explica por qué no se activó la citada instalación cuando el fuego ya se había extendido con fuerza por el edificio. De hecho, al poco de entrar los bomberos, el techo del escenario -de piedra y sustentado por una estructura metálica- se derrumbó bajo la presión de las llamas. Desescombro lento

Los trabajos de reconstrucción -ha quedado dañado un 30% del edificio- durarán cerca de un año, según los técnicos ministeriales. El coste de la obra aún no ha sido evaluado. En su determinación se han volcado técnicos del Ministerio de Comercio, del departamento municipal de Protección de la Edificación, bomberos y Policía Científica.

En este contexto, el desescombro tomará su tiempo. La Secretaría General de Turismo ha impuesto al Ayuntamiento encargado de la limpieza, que sus operarios trabajen sólo en jornada normal. La exigencia horaria hizo arquear la cejas incluso al alcalde José María Álvarez del Manzano, quien aseguró que si el edificio fuese municipal se trabajarían las 24 horas. "Pero quien paga manda", admitió el mandatario, quien, con todo, solicitará al Ministerio de Comercio y Turismo que se aceleren las obras. La prisa de Álvarez del Manzano no es ajena a los atascos que ha ocasionado la maquinaria pesada en vías como la de Capitán Haya, adyacentes al edificio del Paseo de la Castellana, 99.

La petición de que el desescombro lo efectúen trabajadores municipales partió del Instituto de Turismo de España (Turespaña), del que este periódico trató ayer sin éxito de recabar su versión. Pese al escepticismo del alcalde, la exigencia de no forzar la jornada laboral fue acogida con normalidad por algunos miembros de su equipo municipal.

Así, el concejal de Seguridad, Carlos López Collado -de quien dependen los bomberos-, consideró la orden como razonable, en tanto que todavía no se ha sacado a concurso el proyecto de reconstrucción.

"No hay necesidad de acelerar el desescombro. Si se trabajase las 24 horas, en tres días se habría limpiado todo, pero no se podría empezar la reforma. Ahora, de todos modos, se trabajará de ocho de la mañana a seis de la tarde", explicó López Collado.

La tareas de desescombro darán sus primeros pasos con lentitud. El jefe del departamento de Protección de la Edificación, Fernando Macías, señaló que, antes de retirar los restos, se inspeccionarán los danos en el edificio para evitar que se produzca cualquier accidente. En esta tarea, que se inició ayer, se registrarán, incluso fotográficamente, las estructuras de la zona afectada.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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