Olores y sonidos de la selva amazónica, en Cibeles
Sonidos, olores, también herramientas de la mayor selva del mundo: "Amazonia, el último paraíso". Bajo este título quedó abierta ayer en la Casa de América una exposición sobre los secretos del que puede considerarse como el mayor espacio natural del planeta, donde vive la mitad de las especies vivas del mundo. Los problemas que sufre, como la deforestación, también tienen su hueco.¿Por qué los árboles son tan altos? Para poder tener luz. ¿Cómo se hace un cerbatana? Con un tronco hueco. Éstas son algunas de las cuestiones cuya respuesta puede encontrar el visitante que decida adentrarse en una muestra que vendría a tener el tamaño de una diminuta maqueta: el territorio amazónico abarca unos 6,5 millones de kilómetros, repartidos entre Brasil, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Guyana francesa, Guyana y Surinam.
Las grandes dimensiones de la cuenca del Amazonas -territorio que incluye ríos tributarios, como el Orinoco en su parte alta- recogen la quinta parte del agua dulce que existe en la Tierra. En su desembocadura, el gran río vierte cada día lo que el Támesis en un año. Su impresionante estuario tiene una isla, Marajó, mayor que Bélgica.
La exposición también pone el acento en sus habitantes tribales que hablan 718 lenguas diferentes.Tópicos y defórestación
Los tópicos y los peligros también tienen su espacio en la muestra, que cuenta con el patrocinio de la Fundación La Caíxa. La exposición intenta desmentir que esta zona sea el mayor pulmón del planeta, informa Efe. Según el comisario del certamen, Jorge Wagensberg, la selva consume el oxígeno que produce.
Los peligros para el ecosistema siguen ahí: llegan de la mano del hombre blanco. La deforestación, aunque ha remitido, sigue siendo un problema notable: cada año desaparecen 160.000 kilómetros cuadrados de bosque. Los campesinos que necesitan tierra no dudan en quemar el bosque para dedicarlo, muchas veces, a la ganadería extensiva.
La contaminación de las aguas es otra de las amenazas que se cierne sobre este ecosistema. Los ríos de la cuenca reciben cada año 130.000 toneladas de mercurios y otras tantas de petróleo. Los habitantes tampoco se libran de los peligros. Los yanomamí, por ejemplo, han sufrido matanzas a manos de los garimpeiros o buscadores de oro.Amazonía, el último paraíso.
Casa de América (plaza de Cibeles). De lunes a sábado, de 11.00 a 19.00. Domingos, de 11.00 a 14.00. Gratuito.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.