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El parque de las apariciones

Vicente G. Olaya

Los devotos de la Virgen de los Dolores tendrán que hacer hueco a los niños, los deportistas y los visitantes. La comisión regional de urbanismo de la Comunidad, a propuesta del Ayuntamiento de El Escorial (8.700 habitantes), aprobó la semana pasada convertir la finca de Prado Nuevo en "zona no urbanizable especialmente protegida". Sus cerca de 600.000 metros cuadrados se dedicarán ahora a usos culturales, deportivos y turísticos. En estos terrenos, miles de personas se reúnen cada primer sábado de mes para oír supuestos mensajes divinos. Prado Nuevo arrastra la polémica desde hace años. Desde 1981, miles de fieles se agrupan en torno a un fresno centenario de la finca, bajo cuyas ramas supuestamente se aparece la Virgen, para escuchar los mensajes que ésta les envía a través de una vidente.Esta mujer, como no aparece en público desde hace años, graba en una cinta magnetofónica los mensajes celestiales. Posteriormente, uno de sus seguidores lleva la cinta a la finca y pone en marcha un magnetófono que está unido a potentes altavoces. Los mensajes divinos llegan así al pueblo. En Prado Nuevo también existe una fuente de agua no potable (utilizada por los ganaderos como abrevadero de animales) que en agosto de 1993 trajo de cabeza a las autoridades sanitarias. Los fieles bebían de ella, desoyendo los consejos de Sanidad. Creían saborear aguas milagrosas. Los laboratorios de la Comunidad advirtieron, sin embargo, que en esta agua se habían encontrado bacterias perjudiciales para el organismo y "elementos altamente contaminantes". El Ayuntamiento clausuró la fuente entre las protestas de los devotos. La vidente afirmó en aquellas fechas: "Es una jugada para hacer desaparecer el nombre de María, No creáis en las mentiras".

A finales de 1993, la familia Ara Layún, propietaria de Prado Nuevo, la cedió al Ayuntamiento. A mediados del año pasado, el gobierno local valló el prado. Desde entonces, los fieles rezan al otro lado de la verja. La valla es recubierta de flores todos los primeros sábados de mes por los devotos. Muchos de ellos la llaman "la valla de la vergüenza".

La finca, según el acuerdo aprobado por la Comunidad, ha pasado definitivamente a ser propiedad municipal. En compensación, el Ayuntamiento concede permiso a sus anteriores propietarios para edificar en unos terrenos cercanos. Según el alcalde, Mariano Rodríguez, del PSOE, 1a intención del Ayuntamiento es convertir Prado Nuevo en un parque que frene el crecimiento urbano".

El consejo de gobierno ole la Comunidad ratificará el acuerdo de la comisión de urbanismo el próximo día 20. Prado Nuevo será entonces un parque.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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