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FÚTBOL PRIMERA DIVISIÓN

El Valencia recurre a la estrategia

Un pobre Valladolid se vino abajo tras el primer gol

Para la estrategia siempre hay tiempo. El Valencia recurrió al balón parado para abrir un partido que ni los goles libraron de la espesura. Cuando no hay otras ideas, un buen testarazo a la salida de una falta desenmaraña todo el lío generado por una tupida defensa. Así sucedió ayer en Mestalla. Todo el andamiaje del Valladolid se vino abajo cuando Roberto encontró ese centro templado de Romero. El equipo de Moré se había abonado al 0-0 y aquello le rompió todos los cálculos. Un triunfo que oxigena de nuevo al grupo, de Parreira tras una semana decepcionante. El Valladolid, por su parte, fue el fiel reflejo de su clasificación, ni más ni menos.La tarde gris que cubrió Mestalla tuvo un choque del mismo tono. El equipo superior, el local, se refugió en las jugadas a balón parado para esquivar su impotencia ante un conjunto de menor envergadura, el visitante., El Valencia no encontró otro medio de disimular !u poca imaginación.

Pero hasta llegar al gol el Valencia fue un conjunto parsimonioso, horizontal, con la clase de ritmo que irrita a los aficionados y agradece el rival que, con un empate, brinda con- cava. El espacio libre se convierte entonces en inalcanzable para los valencianinas. Una quimera. Tan. sólo la velocidad del ambicioso Mijatovic lo halló en ocasiones.

Moré sefrotaba las manos: tenía el choque donde quería, medio dormido y con la grada afilando las. hachas de guerra. Así, Mazinho, impregnado del tono cansino de sus compañeros, recibió los primeros silbidos desde su llegada. Hasta que apareció Roberto.

Todo lo que ocurrió después le vino de cara al Valencia: La expulsión de Ramón, el inesperado gol de Mendieta (siempre guarda un disparo explosivo, insospechado para su liviana presencia) y la entrada de dos hombres frescos con hambre de fútbol, Arroyo y Penev. Pese a todo, el Valencia. no mudó su desvalido aspecto. Eso sí, la retaguardia estuvo sobria. Era la hora de Penev, que reclama minutos para recobrar su prestigio, pero se topó de nuevo con su limitación en la carrera larga y con el juicio severo del público, que ya no le es permisivo.

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