Joventut mete a Estudiantes en la ruleta rusa

Estudiantes pagó caro su nulo poder resolutivo. El Joventut, un equipo al borde del ataque de nervios, no pudo por menos que aprovechar el desastroso final de los madrileños. A cuatro minutos para el final y tras el primer y único triple de Herreros, el partido parecía decanta do para su equipo: 75-80. Pero desde ahí hasta el bocinazo final Estudiantes no dio una a derechas y encajó un parcial de 16-5. No logró siquiera aprovechar más que a medias los seis tiros libres de los que dispuso y, además de entregar un par de balones a su rival, falló otros tres lanzamientos. Peor, casi imposible. El partido discurrió hasta entonces: en medio de una igualdad hasta cierto punto anodina.El olor a drama no se atisbó hasta bien entrada la segunda parte del partido. Ambos equipos parecían actuar de oficio, con el piloto automático, reservando la carne para meterla en el asador sólo al final.

El Joventut es un equipo irreconocible, muy diferente al de hace unas pocas semanas. Bardo le roba gran parte del papel protagonista a Rafael Jofresa y Villacampa, que ayer no tuvo su día precisamente, tampoco es ya la única cuerda de la que tiran los badaloneses. Pero el juego colectivo que pretende Nolis no acaba de lograr su máxima efectividad. No acaban los suyos de asumir su papel con todas las consecuencias. Sanders no se impone dentro de la zona, Villacampa no toma el mando como antes, Smith aparece en momentos puntuales o incluso en partidos puntuales como el de ayer, y Morales y Ebeling juegan un papel muy estereotipado.

Estudiantes tampoco encontró ayer con la frecuencia en que suele hacerlo la muñeca de Herreros y dependió de la avidez ofensiva que por turnos demostraron sus pívots, primero Williams, después Mijailov y finalmente Orenga.

El partido empezó en un tono muy académico, con el Joventut salvaguardando a toda costa las proximidades de su tablero y Estudiantes imponiendo en varias fases una zona defensiva. Alberto Herreros, marcado por Villacampa, actuó con inteligencia en una primera parte en la que se convirtió en una especie de segundo base y ofreció asistencias y visión de juego a los suyos. Algo muy necesario puesto que el peso del timón recayó casi de forma exclusiva en Pablo Martínez, al que Bardo y Rafael Jofresa extenuaron en algunas fases.

El partido se mantuvo en la igualdad (13-13, 33-33 0 47-46 al descanso). Estudiantes tomó ligeramente la iniciativa en el segundo periodo de la mano de Mijailov (47-50, 63-68 y 66-72). Pero en cuanto llegaron los instantes decisivos, el miedo le pudo al talento y el partido se decidió más por los fallos de Estudiantes que por las virtudes del Joventut, al que, en esos instantes, redimieron Ebeling, Smith y Rafael Jofresa.

Ambos equipos pusieron en evidencia sus lagunas. Sus jugadores jóvenes de refresco, San martín y Escudero, apenas aportaron nada. El Joventut no supo encontrar la rapidez en sus transiciones de otras épocas y en cambio encajó varias canastas de este corte excelente mente interpretadas por Pablo Martínez y Herrerros.

Ambos pagaron la indolencia de algunos de sus americanos como Spencer, muy despistado, en Estudiantes, y Sanders, fuera de juego en varias fases. El partido fue un resumen del estado crítico por el que atraviesan ambos equipos. Estudiantes, como mal menor, consiguió mantener la ventaja del basket average, aunque fuera por tan sólo un punto (97-90 ganó en Madrid), un aspecto que resulta decisivo en las perspectivas de ambos equipos, que ahora están empatados con 15 triunfos y 16 derrotas y que van a protagonizar un codo a codo final sin resquicio para el menor error.

Breogán, 102; Taugrés, 116. Fórum Valladolid, 85; Cáceres, 90. Somontano Huesca, 75; Baloncesto León, 87. Caja San Fernando, 91; CB Murcia, 116. Real Madrid Teka, 86: Barcelona, 89. Baloncesto Salamanca, 81; Unicaja, 84. TDK Manresa, 70; Festina Andorra, 77. 7UP Joventut, 91; Estudiantes, 85. Valvi Girona, 94; Pamesa Valencia, 95. Amway Zaragoza-Coren Orense, pendiente.