Belloch garantiza que no ha pactado con el fugitivo
El Gobierno no ha pactado con Luis Roldán su detención y no tiene miedo de que tire de la manta. Así de tajante fue ayer el ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, en una conferencia de prensa revestida de la solemnidad de las grandes ocasiones. El ministro, flanqueado por la secretaria de Estado de Interior, Margarita Robles, y el director general de la policía, Ángel Olivares, y arropado por una veintena de altos cargos, la mayoría mandos policiales en uniforme de gala, no pudo ocultar su satisfacción al dar públicamente por aprobada su "asignatura pendiente"
Las sospechas lanzadas desde algunos medios de la oposición las despachó con la rotundidad que permiten los momentos de gloria. "El Gobierno de España no pacta nunca, nunca negocia" con presuntos delincuentes", proclamó, tras recordar que muchos especularon con la muerte de Roldán y acusaron a las Fuerzas de Seguridad de "mirar hacia otro lado" en vez de buscarlo. El Gobierno, dijo, no tiene ningún miedo" a lo que pueda revelar el ex jefe de la Guardia Civil: "Que haga todas las declaraciones que deba, donde debe, ante los jueces".Belloch empezó por felicitar personalmente a los cinco agentes que capturaron a Roldán y leer un confuso informe policial al que apenas añadió dato alguno en el turno de preguntas, alegando que no podía dar detalles que perjudicaran la investigación, a terceras personas o al secreto del sumario.
Una de las cuestiones que quedaron sin aclarar fue el papel jugado por Francisco Paesa, antiguo socio de Roldán. "La policía jamás revela sus fuentes de información, aquí y en cualquier país serio", contestó. Tampoco aportó precisiones sobre la base jurídica de la entrega por parte de Laos, país con el que no hay convenio de extradición.
Aunque explicó que Roldán estaba bajo el control de la policía de Laos desde el 20 de febrero, "desde el punto de vista técnico, es en Bangkok donde se produce la detención" el día 27, según Belloch, cuando dos agentes laosianos le entregan a los policías españoles en base a "los acuerdos internacionales y al principio de reciprocidad".
En plena polémica sobre los fondos reservados, el ministro admitió que la Operación Luna, nombre que ha recibido la captura de Roldán, se ha financiado a su cargo. Aunque añadió, mirando a Margarita Robles, que "con el criterio de ahorro que preside la actuación de la secretaría de Estado".
"Roldán tenía ganas de acabar con esta historia", asegura un alto cargo de Interior, quien añade que el antiguo director general estaba perdido, desconcertado y sin recursos económicos. Dicen que incluso se alegró al encontrarse con los policías españoles en Bangkok.
La última vez que se vio a Roldán en España fue el pasado 25 de abril, tras otorgar poderes notariales en un despacho de Madrid. Después escapó y nunca mas volvió a saberse de él, excepto a través de una larga entrevista a El Mundo en la habitación 208 del hotel Mer Merignan, de París.
Perdido el rastro del ex director de la Guardia Civil, el equipo de policías llega a la conclusión de que Roldán cuenta necesariamente con apoyos, que transmite periódicamente informaciones sobre su paradero a su esposa, Blanca Rodríguez-Porto, y que apenas realiza movimientos de dinero.
Sin embargo, la Brigada Judicial de Madrid descubre que Roldán se había llevado consigo la fabulosa cifra de 800 millones de pesetas. Ese dinero -en efectivo y en cheques de viaje- no lo había sacado de sus cuentas, sino que presuntamente se lo presta su amigo Paesa. El fugitivo intentó devolvérselo posteriormente, a través de una compleja operación financiera cuyo rastro se pierde en Singapur. Ésa será una de las pistas, no la única, según fuentes de Interior.
En noviembre pasado, el comisario Juan Antonio González descubre en El Mundo y en un diario europeo un anuncio. "Haciendo combinaciones con los números de los teléfonos, las fechas de publicación y el número de página en que aparece inserto este anuncio, se descubre que se trata de una especie de buzón a través del que se comunica Roldán", informó ayer Belloch. Policías españoles viajan a 13 países. "Nos han engañado muchos confidentes. ¿Qué remedio? No sabemos cuánto dinero hemos gastado en esta operación, pero para eso están los fondos reservados", señala un colaborador del superministro.
Hace un mes, según explicó Belloch, todas las pistas convergían en los países del Este de Europa y éstas conducían al sureste asiático.
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