Jesús Gil ficha a Alfio Basile por estar "en la línea de Camacho"

"Basile es del estilo de Camacho". Jesús Gil, asesorado por Simeone, se encomienda a un técnico difícil de encasillar. Menottista, según, unos; pragmático, según otros, y camachista, según Gil. Ayer, mientras el dueño del Atlético negociaba con Alfio Basile y Jorge d'Alessandro firmaba la rescisión de su contrato, la plantilla estuvo reunida de forma estéril: barajó amotinarse, pero una vez más se reprumió

Jesús Gil llevó personalmente las gestiones para la contratación de un nuevo técnico. A primera hora de la tarde ya había llegado a un acuerdo verbal con Basile, a través de su representante, por lo que resta de temporada y con opción de prórroga por la siguiente. La duración del contrato fue el punto más problemático de la negociación. Gil recibió una comunicación vía fax que oficializó el pacto."Me encanta este desafío", dijo ayer Alfio Basile, a quien no le asusta la fama que precede a Gil con respecto a los entrenadores. "En cuanto llegue dejaré claro lo que debe hacer un dirigente y lo que debe hacer un entrenador"._El ex seleccionador nacional argentino, tiene como ayudante a Rubén Panadero Díaz, un histórico lateral izquierdo del Atlético que formó parte del equipo que conquistó la última Liga, en la campaña 1976-77. Ambos tienen previsto llegar mañana a Madrid.

Mientras Gil negociaba con el que será su vigésimo técnico, la plantilla se reunía. Está contra la salida de D'Alessandro, contra la insistente tendencia del club a colocarles un entrenador distinto cada cinco minutos y, en suma, contra la política de Gil, pero lo acepta todo. Amaga con reaccionar y tomar medidas drásticas, pero siempre en falso. Ayer, después de que D´Alessandúo, se despidiera de ellos con un discurso de tinte sentimental los jugadores se encerraron en los vestuarios de Boadilla del Monte por espacio de una hora para decidir su posición ante la nueva crisis.

"Nosotros no tenemos la potestad de salvar cabezas", explicó Tomás, aún portavoz exclusivo del grupo, "ni cesar entrenadores, ni nombrar médicos. Hay otra gente encargada. Podemos dar nuestra opinión, pero nunca decidir. Hemos hablado muchas veces con el presidente, pero él tiene su filosofía y nosotros sólo podemos jugar".

El capitán del equipo sí dejó claro que la plantilla no comparte la voracidad del club hacia los entrenadores: "Yo creo que esto no es bueno. Los entrenadores deben estar el máximo tiempo posible para trabajar. En este club, como en otros tantos, los resultados mandan. Me gustaría tener un entrenador de principio a fin de temporada. La tranquilidad no llega y con estos acontecimientos, menos".

Mientras se producía la reunión de la plantilla, D'Alessandro firmaba en el club su finiquito. Cobrará íntegro su contrato, según aseguraron ambas partes. No se dio, por tanto, la dimisión que perseguía el club. "El que dimite es el que no domina la situación y yo la dominaba". El entrenador quiso dejar claro que su despido es una decisión personal de Jesús Gil.

El técnico quiso acabar en el Atlético de forma elegante y no lanzó reproches. Se defendió, eso sí, de alguna de las acusaciones lanzadas por Gil para justificar el despido. "No comparto sus argumentos", dijo, "pero los respeto". Por ejemplo, negó que fuera malo llevarse bien con la plantilla: "Lo único que me une con los jugadores es el fútbol. Nunca ha habido fragilidad. El entrenador siempre ha estado encima del grupo. Una cosa es la amistad y otra el manoseo".