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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Los planes de Cavaco

EL CONGRESO que acaba de celebrar en Lisboa el Partido Social Demócrata (PSD) constituye la segunda etapa de los planes del actual jefe delGobierno, Aníbal Cavac Silva, con vistas a su acceso, en 1996, a la presidencia de la Repblica. Cavaco a gobernado durante 10 años, lo que le autoriza presentarse como artífice de la modernización de Portugal y de su incorporación a la Europa comunitaria. Ahora bien, desde su retirada de la presidencia de su partido, éste ha ofrecido la imagen de una profunda división en su seno. No sólo dos hombres, sino dos tendencias se han. enfrentadopor la sucesión de Cavaco enel congreso de estos días.Ha vencido el favorito de Cavaco, el ministro de Defensa, Joaquín Fernández Nogueira. Pero casi la mitad de los delegados (el 41% frente a 46%) se pronunció por el otro candidato, José Manuel Durao Barroso, ministro de Exteriores y campeón de la renovación interna. Su política parte de una crítica de lo que considera pérdida de contacto del PSD con las preocupaciones de la gente, exceso de burocracia, ausencia de jóvenes y pérdida de, sensibilidad social. Su debilidad fue, sin embargo, que no encontró personas nuevas que encarnasen esa renovación.

Con todo, es posible que en cambio interno acabe produciéndose. Las elecciones legislativas de octubre (si el presidente Soares no las adelanta) serán la verdadera prueba de fuego para Nogueira: allí tendrá que demostrar que su elección no ha debilitado la credibilidad electoral del PSD. Prueba difícil, ya que en el momento presente los sondeos indican un ascenso de los socialistas, que podrían alcanzar la mayoría parlamentaria. Después de un largo periodo de mayoría absoluta del PSD, es muy posible que una derrota provocase un congreso extraordinario, y tal vez la elección de un nuevo presidente del partido.

Por tanto, el plan de Cavaco de retirarse para preparar a su partido, y a la opinión pública, para una candidatura suya a la presidencia de la República a comienzos de 1996, con un primer ministro de su confianza, podría resultar más complicado en la práctica que en la teoría.

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