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Fraga y el capitán intrépido

La deserción de un ex consejero de la Xunta abre grietas en el PP gallego

Xosé Hermida

¿Quién no teme a Manuel Fraga? Un hombre como el presidente de la Xunta, capaz de abroncar a sus más directos colaboradores ante las narices de los periodistas, infunde en Galicia un respeto casi reverencial. Desde que gobierna la Xunta y preside el PP regional, a su alrededor no se ha escuchado el zumbido de una mosca. Pero a Juan Fernández García también le gusta más dar órdenes que recibirlas. Durante un lustro, este capitán de la Armada e ingeniero naval de 54 años, le fue fiel a Fraga como consejero de Industria y como pareja en el dominó. En agradecimiento, el presidente le perdonó incluso que no hubiese pagado sus impuestos. Hasta que Fernández se hartó de la disciplina del partido. Ahora encabeza la más seria rebelión interna que ha afrontado el PP gallego en los últimos cinco años.Cuando se estrenaba como político, a punto de entrar en el primer Gobierno de Fraga, Fernández dejó con la boca abierta a sus compañeros. Casi tanto como al patrón, los diputados populares temían los desplantes en el parlamento autónomo del líder del Bloque Nacionalista. Galego Xosé Manuel Beiras, con quien algunos habían estado a. punto de llegar a las manos más de una vez. Pero Fernández es un hombre de acción al que oyeron decir con el descaro impropio de un novato: "Don Manuel, a Beiras déjemelo a mí".

Fernández llegaba bregado por muchos años de experiencia en las ardorosas polémicas de los programas deportivos de la radio. Además de militar y propietario de un astillero, era el presidente y el alma del equipo de baloncesto OAR Ferrol, el orgullo de la ciudad. Durante esa época, sus desafueros verbales hacían las delicias del periodista José María García. Porque Fernández fue un pionero del giligilismo. En una ocasión intentó retener a dos árbitros en el vestuario para forzarlos a que se sometiesen a un control de alcoholernia. También echó del banquillo a un entrenador para ocupar él mismo su lugar e impartir órdenes a los jugadores.

Sus estridencias le proporcionaron una inmensa popularidad y Fraga le llamó como uno de los fichajes estrella para las elecciones autonómicas de 1989. Desalojados los "felones" de la Xunta (el Gobierno de coalición entre el PSOE y tránsfugas de AP) el patrón le confió la Consejería de Industria. Tampoco esta vez pasó inadvertido. Al poco tiempo, un juez descubrió que llevaba cuatro años sin hacer la declaración. de la renta. Fraga dijo que aquello era "el chocolate del loro" comparado con el caso Juan Guerra, y Fernández no se intimidó. Protestó con la procacidad de quien se siente cargado de razón: "Hacienda no tenía más que darle a un botoncito del ordenador para saber cuál era mi situación fiscal".

Hace unos meses, volvieron a remover en su trastero. Se descubrió que estaba cobrando dos sueldos incompatibles, el de consejero y el de militar en la reserva. Para entonces ya se había procurado también algunos enemigos dentro del Gobierno: fundamentalmente el titular de Sanidad y presidente del PP en La Coruña, José Manuel Romay, que le disputaba el control del partido en Ferrol. Acosado por demasiados frentes, Fernández dimitió.

Romay, con la silenciosa complicidad de Fraga, le puso la proa. Decapitó a sus leales de la agrupación local y designó un candidato a la alcaldía sin consultar a las bases. Por puro despecho, Fernández ha decidido encabezar una lista electoral independiente, lo que le costará la expulsión del partido. En varios municipios de la comarca, otros ediles populares anuncian la intención de secundarle. El PP puede ser el más perjudicado porque la escisión amenaza con frustrar sus expectativas de gobernar la Diputación de La Coruña, uno de los últimos reductos socialistas en Galicia.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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