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UN FILÓN PARA EL DEPORTE

Rusia, un vivero en rebajas

Se pone de moda la contratación de jugadores de las repúblicas soviéticas

Robert Álvarez

El deporte español se afana en la explotación de un mercado floreciente. Un par de centenares de jugadores rusos de primer nivel tienen nómina en clubes profesionales españoles. El progresivo derribo de monumentales obstáculos burocráticos anima1a importación. El alza en la cotización de sus deportistas la retrae, pero su calidad y su predisposición a emigrar mantienen la tónica. Juan Vergara, director de la empresa vasca Gestisport Irudimen, que es la que ha gestionado la mayor parte de los fichajes rusos por equipos españoles, explica los motivos de las ansias de estos jugadores por dejar Rusia: "Antes era por dinero. Ahora que ya cobran sueldos respetables siguen deseando irse por la difícil situación social que atraviesa el país, por las mafias y por la inseguridad que vive toda persona que disponga de patrimonio".El futbolista Rinat Dasaev y el jugador de balonmano Oleg Lvov fueron en 1988 los prime ros rusos que consiguieron fichar por clubes españoles. Un año después llegó el lituano Arvidas Sabonis. Nada tienen que ver los obstáculos que debieron salvar para conseguir los transfers con la normalidad con que ahora se tramitan los papeles para efectuar idénticas. operaciones. "En una primera época", cuenta Vergara, "los traspasos, tenían que recibir el visto bueno de una sociedad que pertenecía al Estado. Cuando llegó Gorbachov al poder se produjo un cambio y estas sociedades fueron desapareciendo. El proceso no fue regulado por leyes. Los clubes fueron arrogándose sus derechos sobre los traspasos de sus jugadores a medida que fueron enterándose de cómo funcionaba el asunto en el mundo occidental". No obstante, los fichajes continúan presentando particularidades en Rusia, donde la mordida funciona tanto o más que en México.

La contratación de Dassaev -procedente del Spartak de Moscú- por el Sevilla ilustra los problemas iniciales. Las complicadas gestiones fueron realizadas por la agencia Doma Intemacional a través de la empresa estatal Sovintesport, y para zanjar el fichaje hubo que esperar que las autoridades soviéticas regresa ran a Moscú desde Seúl tras los Juegos Olímpicos. "En estos momentos", dice Vergara, "es más fácil contratar a un deportista ruso, eso sí, siempre que cuentes con el permiso de su club. Por que los jugadores rusos no tienen ninguna libertad. Legalmente pueden marcharse, pero necesitan que el club y la federación les concedan el transfer, algo que hacen a su libre albedrío. En balonmano no pueden emigrar hasta que tienen 25 años. Están atados. Si están en España y quieren fichar por un club de otro país, necesitan de nuevo el transfer desde Rusia, y si vuelven a su país están obligados a hacerlo a su club de origen".

La liga española de balonmano es una de las más importantes del mundo gracias a la aportación de jugadores de las repúblicas rusas. Después que cuatro de ellos (Petrouchevskii -Alzira-, Barbaschinski y Karlov -Alcalá-, y Popov -Guadalajara-) abandonaran el campeonato por los problemas económicos de sus clubes, los 16 rusos que siguen en la liga son mayoría frente a los 14 procedentes de las repúblicas yugoslavas. Su cotización es muy interesante, como lo era en baloncesto y en fútbol. Pero hay una tendencia al alza. Los jugadores rusos ya están en el mismo circuito que todos los extranjeros. Los ofrecen los representantes habituales -Arturo Ortega, Jacinto Castillo, Luciano Capiccione y Warren Legarie en baloncesto, y Vergara en fútbol, balonmano y otros deportes-. Batikov cobra sobre los 200.000 dólares (unos 26 millones de pesetas) en el Unicaja de Málaga. El último en llegar, Serguéi Bazarevich, cobra unos 10 millones en Cáceres, pero después de haber sido cortado en la NBA.

Javier Imbroda, técnico del Unicaja y ex integrante técnico de la selección lituana, explica los motivos de la moda rusa en la Liga ACB. "Desde que se desmembró la URSS han aparecido jugadores con un talento enorme, gran potencial físico y técnico. Pero tienen dificultades para mantener concentrarse, para rendir al máximo en un campeonato largo, porque no han actuado en una competición profesionalizada. Suelen ser más modestos que los americanos, más soberbios y con los que hay más problemas de comunicación. Su adaptación es más rápida, aunque a veces son distantes, introvertidos. Tienen un carácter que parece que te pidan perdón. Pero no todos son iguales. Por ejemplo, los lituanos tienen un temperamento más latino".

El baloncesto ruso siempre ha estado en la élite. La Liga rusa no se ha profesionalizado hasta ahora y por el momento tan sólo participan seis equipos en ella. Pero el mercado es imponente y las multinacionales ya han impulsado actos publicitarios como una exhibición en la plaza Roja de Moscú en la que participó la estrella de la NBA, Shaquille O'Neal. Serguéi Belov, ex jugador legendario y seleccionador de Rusia, puntualiza: "El nivel de entrenamiento no es tan alto en otros países como en Rusia, por ello me gustaría que regresaran a casa". Chtchepkin, jugador de balonmano del Barça, lo certifica: "Nos vimos obligados a dejar nuestro país por problemas económicos. Pero no podemos vivir sin la ilusión de creer que allí las cosas pueden mejorar y que algún día podremos volver".

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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