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FÚTBOL PRIMERA DIVISIÓN

La manta larga

Sanchis, Hierro y Quique han convertido el trabajo defensivo en una prueba de ingenio

Santiago Segurola

El venerable Tim por entonces entrenador de la selección peruana, dijo que el fútbol es una manta corta. "Si te tapas la cabeza, se enfrían los pies. Si te arropas los pies, descubres la cabeza". Se refería naturalmente al peaje que pagan los equipos que juegan ofensiva o defensivamente. Los entrenadores han buscado soluciones cada vez más refinadas para resolver el problema del técnico suramericano. Se ha visto de todo y en todas las proporciones, pero finalmente los equipos eran atacantes o defensivos, y a unos se les veía la cabeza y otros los pies.Un lugar común sobre Valdano es que sus equipos andan resfriados por su tentación a abrir las ventanas. Demasiado ofensivos, decían. Lo confundían con un romántico o un iluso. Antes del campeonato se llegó a decir que sus centrocampistas no quitarían la pelota a nadie y que sus defensas se habían probado vulnerables en demasiadas ocasiones.

En el meridiano de la Liga, el Madrid ha marcado más goles que nadie y recibido muchos menos de los previstos. Parece que Valdano ha encontrado una manta larga. Hay dos razones para el equilibrio: el orden y la categoría de su jugadores. Parece lógico que el Madrid tenga contundencia. Ataca con mucha gente. Resulta más difícil explicar la seguridad defensiva, pues el equipo no recurre al amontonamiento. Bien, está la zona y el compromiso general de todo el equipo para presionar, con Raúl y Zamorano a la cabeza. Pero al final del paisaje sobresalen cuatro defensas que han convertido su trabajo en un arte.

La temporada de Quique Hierro y Sanchis es memorable. Cada uno en su estilo, ha dado la vuelta al discurso y han convertido el trabajo defensivo en una prueba de ingenio, hasta el límite del desafío. Lo primero que han hecho ha sido desmentir la fama del defensa como futbolista plano, guarecido en su trabajo porque nunca pudo ser delantero. Estos parecen delanteros de verdad: manejan la pelota con una, pulcritud extremada, casi con suficiencia. Quique tira paredes, caños, busca el regate y pasa, en lugar de tirar centros. De Sanchis ya sabíamos que le gusta humillar al delantero con dos recortes, un amague y un giro. Y Hierro aprovecha su tranco para salir con la pelota hasta el medio campo y eliminar el problema que producía treinta metros atrás. Los tres tienen características muy definidas. Quique, que llegó al Madrid con poca fama de defensor, recibe cada domingo tres ovaciones en el Bernabéu por defender como nadie. Es muy difícil regatearle (primera obligación de un zaguero) y dispone de toda clase de recursos. Tiene rapidez, juega con un Coraje enorme (en el partido contra el Barça rayó en la intrepidez) y tiene un gran sentido táctico: cruza como ningún otro, lateral por detrás de los marcadores centrales e interpreta con precisión los principales conceptos de Valdano (la ubicación en zona, el achique y el barrido). Y la sensatez tampoco le abandona en los momentos delicados, cuando el partido se pone feo y la adrenalina amenaza con provocar un cortocircuito en los defensas.

Fernando Hierro es uno de los mejores cabeceadores del campeonato. Lo hace en ataque y en defensa con la misma solemnidad. Pelota alta: para Hierro. Como central tiene una cualidad que pierde en el centro del campo: adivina y recupera la pelota. Desde esa posición lee perfectamente el juego. Su pegada con la pelota ayuda al Madrid de la misma manera que Koeman en el Barcelona. Desplaza largo, con precisión y criterio, un arma decisiva para vencer la presión de los adversarios.

Sanchis ha vuelto. Lo ha hecho con el mismo gesto desafiante de sus primeros anos. Mantiene el aire burlón que le sirve para ganar casi siempre en el mano a mano y llevarse la pelota con la facilidad de un delantero. Sobrepasarle es complicado: no ha perdido velocidad y siempre tiene un recurso en el sombrero cuando Parece desbordado. En estos días ha alcanzado lo que perdió por el camino. Sanchis se divierte con su baraja de trucos defensivos.

El último tiene poco nombre y ha provocado muchas dudas. Pero funciona. Con Lasa, el Madrid no ha recibido ningún gol en siete partidos (no figura el partido de ayer con el Logroñés). Entre todos los laterales zurdos que ha probado el Madrid parece el más natural. Es rápido, valiente, cruza bien y comienza a perder la tensión que le apretaba.

Al final resulta que la manta, también puede ser larga.

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