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Subaru traiciona a Carlos Sainz en Suecia

Un taxi azul se detuvo delante del mejor hotel de KarIstad, a 200 kiIómetros, del punto caliente de la segunda etapa del Rally de Suecia. Pasaban pocos minutos del mediodía. Primero se apeó Carlos Sainz. Después bajó su copiloto, Luis Moya, encargado de pagar la factura. Los dos bicampeones acababan de cubrir en taxi dos horas de trayecto desde Falun, el punto donde abandonaron por una trivial avería en el motor de su Subaru. De ese taxi bajaron dos bicampeones con una expresión gélida, y no precisamente debido a los -12º de temperatura.Esas dos caras reflejaban rabia y desconcierto. Lógico. Una tontería les había apartado una! horas antes de seguir cumpliendo con su deber. Una maldita avería en el circuito de aceite del motor de su coche había echado por tierra semanas de trabajo y momentos de ilusión, de prometedoras acciones sobre la nieve. El debut de Sainz en Suecia, que tan bien había comenzado en la jornada del viernes, no pudo acabar peor.

Y lo más triste es que el campeón español se levantó ayer por la mañana sabiendo lo que iba a ocurrir. Porque la crónica de la muerte anunciada del Subaru empezó a escribirse el viernes cerca de la medianoche. Tras cubrir el último tramo de la primera etapa, los mecánicos de Prodrive -el equipo inglés que prepara los Subaru- hicieron una revisión considerada de rutina.

Entre otras cosas reemplazaron el filtro del aceite. Pero cuando Sainz volvió a arrancar en dirección al parque cerrado, donde el coche debía descansar la noche del viernes, la máquina empezó a perder aceite. Volvieron a que la revisaran, le ajustaron el filtro y rellenaron el depósito, pero siguió perdiendo. "Ahora se debe a un exceso de aceite", calmaron los técnicos a Carlos Sainz. "Pero falla una válvula y quizá no aguante hasta el final".

No hay asistencia

Como no estaba permitida la asistencia antes del primer tramo de ayer, Moya se llevó a la habitación un filtro de repuesto y una lata con aceite. Por si acaso. Y por la mañana, recién desayunados, Sainz y su compañero se entrenaron por si tenían que realizar una intervención de emergencia. Antes del primer tramo abrieron el capó. Y comprobaron que no había exceso de aceite. Qué extraño. Y lo rellenaron.A continuación cubrieron la especial con un tiempo decente y llegaron a la asistencia para que repararan de una vez el problema. Pero allí los técnicos no hicieron sino certificar la defunción definitiva del Subaru Impreza número 5. ¿Una pieza defectuosa? ¿Un fallo humano? ¿Negligencía? Quizá nunca se sepa. Sólo una cosa quedó clara: Sainz, que en aquel momento era quinto, perdió una estupenda oportunidad de seguir brillando sobre la nieve sueca, de sumar importantes puntos para el Mundial, de asestar otro mazazo a sus rivales.

Y sobre todo se demostró, una vez más, que la relación del piloto español con su escudería no es en absoluto fluida. Un ejemplo: mientras su colega Colin McRae estrenaba coche, Sainz usaba el mismo que en Montecarlo. Y cada día que pasa el piloto español se aleja más de su patrón, David Richards.

Mientras Sainz preguntaba cómo y cuándo volvía a España, el rally siguió su curso. Y se mantuvo la lucha entre los pilotos nórdicos, sobre todo entre los dos de Mitsubishi, el de Kenneth-Eriksson y el de Tonimi Makinen, que acabaron la jornada separados por un solo segundo a favor del primero. De los rivales de Sainz en el Mundial, el francés François Delecour (Ford) también tuvo que abandonar, y tanto el francés Didier Auriol como el finlandés Juha Kankkunen (Toyota) se encontraban lejos de los lugares de cabeza. La prueba finalizará esta tarde en Karlstad.

McRae, protegido

Para Sainz, la próxima oportunidad no será hasta Portugal (del 7 al 11 de marzo). Antes habrá tiempo para el análisis, que ya empezó ayer. "Hemos perdido la oportunidad de sumar unos puntos importantes para el campeonato", reconoció el piloto madrideño. "Pero también de seguir cogiendo experiencia para el futuro en este rally".Respecto a la avería que le dejó fuera del Rally de Suecia, Sainz no quiso ser crítico con su equipo. Mantuvo la prudencia que le caracteriza en su relación con Prodrive, a pesar de que cada vez tiene más la sensación de que su equipo no le apoya al cien por cien, "Algo raro paso con esa avería", dijo Sainz. "Habrá que analizar qué, pero yo no soy un técnico; no puedo saber cuál ha sido el problema y por qué ha sido causado".

Sin embargo, en el entorno del bicampeón español crece el malestar respecto a Prodrive y su propietario, David Richards, que apoya descaradamente al otro piloto del equipo, Colin McRae, y no acaba de apostar fuerte por las opciones de Sainz.

Tampoco el reglamento se salvó ayer del malestar del piloto español. "Se te quitan las ganas de correr" protestó Sainz, "porque no tiene ninguna lógica que antes del primer tramo no puedas tener asistencia".

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