69 años de prestigio y sobresaltos
Corría el año 1926 cuando José María Aguirre Gonzalo y José San Román decidieron probar fortuna en el sector de la construcción. Un año después optaron por elevar su aventura al rango de sociedad anónima y la bautizaron con una curiosa combinación de sus apellidos: Agroman. Su debú en serio fue en los muelles del Puerto de Bilbao. Hoy en día, la obra más importante que tiene entre manos es, precisamente, el Superpuerto de Bilbao.A lo largo de los 69 años de vida, Agroman ha tenido los innumerables altibajos propios de una sociedad que trabaja en un sector productivo tan cíclico como la construcción. Sin embargo, siempre ha lucido, al menos hasta hace dos o tres años, un cartel de empresa con prestigio.
Agroman ha sido tradicionalmente una compañía vinculada a, Banesto, incluso antes de que la entidad bancaria entrase a formar parte de su capital. Eso sucedió en 1986, un año realmente complicado para la constructora, que llegó a estar al borde de la suspensión de pagos. El remedio fue un drástico plan de ajuste diseñado por Enrique Aldama, sustentado en la aportación de 17.000 millones de pesetas por parte de Banesto, que, como contrapartida, se hizo con el 71 % de la constructora. El resto quedaba en manos de la familia Aguirre y del Banco Guipuzcoano. Tras el tratamiento de choque, Agroman levantó cabeza. Aprovechó los buenos vientos de la coyuntura y sacó a Bolsa un 30% de las acciones, con lo que recibió una seria inyección de capital.
La entrada de Conde
A finales de 1987, Mario Conde se convirtió en presidente de Banesto e introdujo cambios en Agroman. Luis Ducasse pasó a ser el máximo responsable y cerró varios años, los que coincidieron con el boom inmobiliario, con beneficios importantes. Pero Agroman no se reconvirtió y la caída de la actividad volvió a ponerle al pie de los caballos, situación que se agravó con la intervención de Banesto.
Cuando los nuevos dueños de Banesto desembarcaron, se encontraron, entre otros problemas graves, con el de la Corporación Industrial. Un gigante en coma, puesto que sus órganos vitales o habían sido amputados, o se encontraban en estado lamentable, caso de Agroman. La intervención era urgente. La cirugía previa -realizada por el presidente de la Corporación, Santiago Zaldumbide, y el de Agroman, Juan Antonio Urquizu- consistió en la reducción de capital por valor de 12.000 millones y en un recorte de plantilla de 532 personas. Sólo falta que la transfusión de Ferrovial surta efecto.
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