_
_
_
_

La joven que denunció el crimen de Granollers testifica contra su madre

"Yo sólo digo la verdad. Y a mi madre la llamo asesina". Así se expresó ayer Rosi Torres Guardia, de 17 años, tras declarar ante el juez por el asesinato y emparedamiento de su padre, José Torres Pñia, de 49 años, el pasado 24 de diciembre. Al igual que hizo, el miércoles con sus tres hermanos mayores -José, David y Marisol-, el magistrado dejó en libertad sin fianza a Rosi, la cuarta hija del matrimonio Torres Guardia. Su madre, Rosa Guardia Reverter, de 39 años, está acusada de acuchillar a su mando.

Rosa Guardia, que tiene otros dos hijos menores de edad, los ha exculpado del asesinato. Rosi Torres no pudo soportar la presión psicológica de la muerte y posterior emparedamiento de su padre y el lunes denunció el caso en Sant Cugat del Vallés, población a la que se había trasladado para vivir en casa de Lucía, Guardia, hermana de su madre. Precisamente ayer, Lucía Guardia, llorando, aseguré: "No creo que fuera en defensa propia [la muerte del padre de la familia], porque lo ataron a una silla". Ros¡ ratificó al juez sus primeras declaraciones ante la policía y aseguró que los seis hermanos, ella incluida, conocían todos los detalles de lo que pasó en su casa en Nochebuena.En principio, se considera a los hermanos mayores de edad encubridores del caso, pero se les exime de responsabilidad penal según el artículo 18 del Código Penal, que deja sin responsabilidad a los descendientes y hermanos del autor o autora del homicidio.

Según las declaraciones de Rosa Guardia, ingresada en la cárcel de mujeres de Wad Ras de Barcelona desde el miércoles, aquella trágica Nochebuena el padre llegó borracho a su casa -era alcohólico- y, después de una discusión con ella, murió acuchillado. Poco des pués, al llegar los hijos mayores del matrimonio, la madre solicitó su ayuda para silenciar el hecho y emparedar el cadáver.

Lucía Guardia manifestó que su sobrina Rosi vive con ella desde el día en que "su madre la echó de casa", pocos días después de quedarse sin trabajo. Según Lucía, las relaciones de Rosi con su madre y sus hermanos eran tensas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_