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Todo el sistema educativo francés, del parvulario a la universidad, fue a la huelga

Manifestaciones en las grandes ciudades contra los recortes presupuestarios

Enric González

El sistema educativo francés se opone a las restricciones presupuestarias aplicadas por el gobierno de Edouard Balladur. Desde las guarderías hasta la universidad, y por razones muy variadas, todos los niveles de la educación realizaron ayer una huelga que dejó vacías las aulas. El malestar universitario, basado en el temor a la regionalización y privatización parcial de las facultades, fue el detonante de una inusual protesta conjunta que se acompañó de manifestaciones. Por París desfilaron unas 25.000 personas. En Toulouse y Lyon se congregaron unas 10.000.

Según el gobierno, la huelga fue secundada por un 40% de los centros escolares y un 70% de los universitarios. Según los sindicatos, el seguimiento fue del 60% en las escuelas y un 80% en, las universidades.El nexo común de la gran protesta fue la falta de medios. Los recortes presupuestarios decididos para este año por el gobierno conservador afectan directamente á la educación. Y, según los sindicatos de profesores y estudiantes, dañan de forma sustancial la calidad de la enseñanza. La universidad es la más afectada.

Para empezar, falta personal: los sindicatos calculan que haría falta contratar este año al menos 5.000 nuevos profesores, y varios miles de administrativos, para compensar el crecimiento medio de un 8% en el número de alumnos. Sin embargo, el Ministerio de Educación Superior ha limitado a mil el número de nuevas contrataciones.

Asimismo, se ha congelado el presupuesto dedicado a la investigación universitaria, y se anuncia una reforma "racionalizadora" del Consejo Superior de Investigaciones Científicas que hace temer más recortes a estudiantes y profesores.

El malestar universitario se ha agudizado tras la publicación de un informe en el que, por encargo gubernamental, un grupo de expertos propone cambios muy drásticos en la organización de la enseñanza superior. Se plantean, por un lado, medidas de ahorro: supresión de la mayoría de las ayudas económicas a estudiantes (con excepción de las becas) y fuerte aumento del precio de las matrículas.

Por otro lado, se sugiere la necesidad de regionalizar los centros universitarios, confiriendo el control de los mismos a los Consejos Regionales (parlamentos locales de autonomía muy limitada) y a los rectores. También se abre la opción de que determinadas empresas privadas financien y tutelen parcialmente algunas facultades, para adaptar la formación de los licenciados a las necesidades de la- industria.

Desigualdades

Los sindicatos de profesores y estudiantes consideran que la aplicación del llamado Informe Laurent romperá la unidad de la enseñanza universitaria y establecerá desigualdades en el sistema universitario.

Un último motivo de enfado es el llamado "principio de solidaridad" que el ministerio aplica para distribuir equitativamente el personal entre los centros universitarios: las facultades más dedicadas a la investigación se quejan de que pierden profesores en beneficio de facultades de primer nivel con menos necesidades de personal.

En la enseñanza secundaria, el problema. básico es la falta de medios para aplicar la reciente reforma, especialmente en lo que se refiere al apoyo adicional previsto para los "alumnos con dificultades" y a la profundización en la enseñanza de la lengua francesa.

En primaria existe desde hace meses un grave conflicto laboral. El Ministerio de Educación se comprometió a equiparar profesional y salarialmente a los enseñantes de primaria con los de secundaria, pero lo hace poco a poco y no prevé completar el proceso hasta el año 2017. El resultado es que, a igual trabajo y responsabilidad, algunos profesores ya equiparados cobran 25.000 pesetas mensuales más que otros. Como los contratados este año entran directamente en la nueva categoría los enseñantes más novatos están cobrando más.

La huelga de primaria se efectuó básicamente para exigir una equiparación rápida de todos los profesores. Además, se reclamó un máximo de 24 horas de trabajo semanales ante los alumnos (ahora son 26) para dedicar el resto a otras actividades pedagógicas; más medios para poder reforzar la enseñanza de lenguas extranjeras y la prohibición de tener más de 25 alumnos por aula, lo que haría necesaria la contratación de 21.000 nuevos maestros.

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