Cebras de papel

Los ancianos y los jóvenes motoristas son seguramente quienes más temen los días lluviosos porque, si no cruzan con cuidado los pasos de cebra, pueden acabar en un servicio de urgencias.Prudencio Gómez, de 72 años, vecino del barrio de Pacífico, evita las caídas pisando las franjas negras de los pasos. "Pero me lleva más tiempo cruzarlos porque tengo que preparar cada zancada, y estoy expuesto a más riesgos de atropello", destaca.

Francisco Sainero, de 24 años, motorista de un pizzería y ex mensajero, asegura que, bajo la lluvia, sólo logra esquivar las caídas en pasos de cebra por la pericia que le confiere hacer a diario mas de 50 salidas. "Los cruces son muy peligrosos para nosotros", dice. "El riesgo crece sobre todo en días de niebla. También te puedes matar sobre una vespino (la motocicleta más usual en ese oficio) o llevarte a alguien por delante tras resbalar con la moto", subraya.

La raya continua de las carreteras es también gravemente peligrosa, a su juicio. "Al primer resbalón grave que tienes en la jornada, espabilas y vas con más cuidado. Pero los mensajeros de paquetería, espoleados por la cuota que reciben por reparto, circulan a una velocidad en la que van peligrando constantemente", señala Sainero.

Otras personas no consiguen, sin embargo, sortear el peligro. Es el caso de una mujer que resbaló en un cruce de cebra y sufrió la rotura de un tobillo en Barcelona. Al menos ha conseguido ser indemnizada por ello con 1,5 millones de pesetas por el concejo de la ciu dad, según una reciente decisión judicial.

Para atajar estos accidentes el Ayuntamiento de Madrid estudia señalizar los pasos de cebra con cintas de un papel especial, en sustitución de la tradicional pintura. El nuevo método persigue aumentar la visibilidad y la seguridad del suelo en estos cruces, que la lluvia y la suciedad erosionan peligrosamente al incrementar en ellos el grado de deslizamiento para transeúntes y automovilistas. De adaptarse, la nueva técnica revolucionará la señalización de los pasos de cebra en Madrid, una de las pocas capitales donde los peatones agradecen a los automovilistas que cumplan con su obligación y se detengan ante el cruce.

Los papeles cebra fueron probados con éxito hace dos años en cruces de Madrid por una multinacional estadounidense. El lugar elegido para instalarlos se hallaba junto al Palacio de Congresos y Exposiciones, sobre el paseo de la Castellana. Aún permanecen allí. El pasado mes de octubre, cintas de papel de este tipo han sido instaladas en la señalización de un tramo de 300 metros de la nueva carretera de Alcalá a Mejorada. Ya no son superpuestas, como en el caso probado en la Castellana, sino que el papel queda incrustado, mediante apisonadora, durante el asfaltado. El especialista Luis Estremera, que intervino en el diseño del experimento, señala que "la cinta queda así al nivel del pavimento y su durabilidad se perpetúa a lo largo de la vida del asfalto", calculada entre unos tres y cuatro años.

"El material del que está fabricado este tipo de señalización", agrega Estremera, lleva una base de poliuretano, con pequeñísimas esferas de vidrio de propiedades reflectantes para la noche y con unas partículas de cerámica que otorgan a la cinta alta resistencia contra el deslizamiento". Se denominan Stamark y son fabricados en Estados Unidos e Italia por la marca 3M. Otras fuentes señalan que será presumiblemente durante la próxima Operación Asfalto cuando este procedimiento se amplíe en Madrid.

Mientras tanto, miles de pasos de cebra deslizantes rubrican otros tantos cruces en los aproximadamente 2.300 kilómetros que miden las calles madrileñas. El doctor Javier Rodríguez, de 59 años, jefe del servicio de Traumatología del hospital Gregorio Marañón de Madrid, admite que la siniestralidad en las calles aumenta durante los días lluviosos. En ellos, las lesiones y roturas de huesos sobre los cruces superan a los de otros días, si bien las estadísticas no discriminan con precisión estos datos.

A efectos de señalización, Madrid está dividido en dos áreas, Oeste y Este, separadas por la frontera de la avenida de Nuestra Señora del Val, paseo de la Castellana, Delicias y carretera de Andalucía-M-30. Dos compañías -Montajes y Obras, SA (MOSA), y Señalizaciones Municipales, SA (Semusa)-, concesionarias del Ayuntamiento, ejecutan, respectivamente, en cada una de esas zonas las directrices de señalización trazadas por la Dirección de Servicios de Circulación, dependiente de la Concejalía de Circulación y Transportes. En febrero, estas tareas serán sometidas a nueva licitación. La adjudicación se asignará en marzo por tres anos, uno prorrogable.

Santiago Rubio, de 49 años, ingeniero de Caminos y jefe del departamento de Regulación, explica que los principales problemas que plantean los pasos de cebra en Madrid derivan de las exigencias, antagónicas, que de ellos demandan los usuarios: "Han de poder ser vistos y, al mismo tiempo, tener suficiente rugosidad como para impedir que peatones y vehículos resbalen. Pero, a mayor rugosidad, menor visualidad", comenta. A su juicio, ambas cualidades se deterioran con la lluvia, el barro o la suciedad.

Cada franja de un paso de cebra mide medio metro de anchura por cinco metros de longitud, salvo los de áreas como la Puerta del Sol, que son mayores. Las franjas oscuras de pavimento miden lo mismo, con lo cual la anchura de una calle mide en metros el número de rayas blancas.