La fe compostelana
Los gallegos, en inferioridad numérica, empatan con la Real
Lo que la inteligencia, por ausente, o la flaqueza de ideas no es capaz de obtener, lo provee un tercero -el colegiado- para romper el equilibrio sobre el terreno de juego. Gracia Redondo, al borde del descanso se revistió de juez social y dictó una sentencia tan injusta como peregrina. Si once contra once provocan el tedio, cabe pensar que once contra diez promoverán el espectáculo. Bellido pagó las costas del juicio por un leve empujón en la línea de banda. Kodro respiró tranquilo porque hasta ese momento apenas había superado a su pareja en un remate fallido a la media vuelta. Las protestas del bosnio sentenciaron a Bellido.
Los donostiarras, agotados por el partido de Copa, revivieron el regusto amargo de la época de Toshack. Ni ganaron si supieron especular.
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