La explosión de una bombona mata a un piso hombre que vivía solo y destroza 20 pisos

La última explosión de una bombona de butano y van 22 en tres meses- resultó mortal. Un hombre de 50 años, José Luis Baciero Gómez, técnico de lavadoras, falleció ayer en su casa del número 19 de la calle de Carlos Heredero (distrito de Carabanchel). Vivía solo. El reloj de la pared se paró a las 14.25. A esa hora se produjo en el interior de la vivienda, el bajo B, un fuerte estruendo, ocasionado por una acumulación de gas butano. El impacto destrozó veinte viviendas vecinas. Otros tres vecinos -Gregorio P. J., de 77 años; Francisco H. A., de 64 años, y Amparo R. R., de 67 años sufrieron heridas leves. El concejal de Seguridad, Carlos López Collado, del PP, prometió una investigación sobre este último suceso. El inmueble, de seis viviendas, según manifestó el edil, ha sido declarado en ruina.En el momento del suceso, el fallecido se encontraba solo en el piso alquilado, de 50 metros, por el que pagaba 75.000 pesetas al mes al propietario de una panadería próxima a la vivienda. El forjado del techo y del suelo se vino abajo, igual que los tabiques. José Luis Baciero cayó al sótano del inmueble envuelto entre los escombros. Dos horas y media más tarde, a las cinco, los bomberos hallaron su cuerpo sin vida.

Pensábamos que no había ningún muerto. Pero hemos estado moviendo los escombros y nos lo hemos encontrado", explicó un miembro del servicio contra incendios.

"No ha quedado nada, son todo escombros". Las seis viviendas del inmueble quedaron destrozadas tras la explosión, que también afectó a otros 14 pisos contiguos. La estructura fue apuntalada con vigas de madera para evitar el derrumbe.

Lázaro Rojo, propietario del piso donde ocurrió la explosión y que tenía alquilado al fallecido José Luis Baciero, despachaba a última hora de la tarde bollos en su panadería. "No ha quedado nada, son todo escombros. No tengo ni idea de lo que ha podido ocurrir. Hacía cuatro meses que no veía al inquilino. Me mandaba el dinero del alquiler por. un chico y llevaba dos meses sin pagarme", afirmó Rojo.

Al anochecer, algunos vecinos, todavía ensordecidos por el estruendo, recogían en bolsas de plástico y en cajas de cartón restos de sus pertenencias. Un radiocasete, la foto de una pareja de recién casados, varios cuadros, un sofá. Los marcos de ventanas rotas se esparcían por el suelo de la calle de Carlos Heredero.

La inquilina del bajo C se encontraba en la cocina de su casa cuando se produjo el estallido. Tuvo que ser atendida en una casa de socorro. Con varios puntos en la cabeza y diversos rasguños en la cara, apenas articuló palabra. En la mano llevaba un pequeño joyero con una sortija que pudo rescatar de entre los escombros.

Volver a nacer

"He vuelto a nacer. Estaba tan tranquila cuando de repente escuché un ruido muy fuerte. Me he librado porque estaba preparando la comida, que si no, habría volado como toda mi casa", contó, mientras salía de la vivienda acompañada de su marido y sus hijos. La familia miraba con tristeza hacia el nortal. "Tenemos que ir a dormir a casa de un familiar que vive aquí al lado", explicó una de las hijas.

Otra mujer, María del Carmen Lariño, lloraba desconsolada, mientras un bombero la invitaba a desalojar el inmueble. Buscaba a sus cinco gatos.

"No sé dónde están. Me han dicho que han visto a uno de mis gatitos ahí abajo, entre los escombros", decía esta profesora de equitación argentina. "No puedo entrar en casa porque el suelo del salón y la entrada se han hundido. La noche la pasaré en la calle buscando a mis gatos". El concejal del distrito, Manuel Martínez Blanco, puso a disposición de los vecinos afectados por el estallido el hostal de Carabanchel para que pudieran pasar la noche.

Por su parte, el concejal de Seguridad, Carlos López Collado, manifestó, en el lugar de los hechos, su preocupación por las 21 explosiones de gas ocurridas en Madrid en los Últimos tres meses. "Es importante recordar a los usuarios las normas", explicó López Collado. Consejos frente al gas. Desde el pasado mes de noviembre, se han producido un total de 21 explosiones por escapes de gas, de las cuales 15 corresponden a gas butano, tres a gas natural y el resto a otros combustibles.El Ayuntamiento recomienda que los usuarios sigan las siguientes instrucciones de uso.

En relación al gas butano:

1. Ventilación y vigilancia del tubo flexible de la instalación.

2. En caso de olor a gas, no accionar ningún interruptor eléctrico, desmontar el regulador de la bombona y poner en su lugar la caperuza. Después avisar al servicio técnico.

1 La llama ha de ser estable, viva y azulada.

4. Un cambio de instalación debe revisarlo una empresa autorizada.

5. Los gases butano y propano no se pueden usar en sótanos.

6. Para desacoplar el regulador de las bombonas, levantar el anillo negro con las dos manos y separarlo de la bombona.

7. Proteger las bombonas de la suciedad y la lluvia.

8. Evitar la colocación de estufas cerca de materiales inflamables o debajo de camillas.

9. No utilizar las estufas mientras se duerme.

10. En caso de emergencia, llamar al

901 12 12 12.

En relación al gas natural: 1. No tapar ni obstruir las rejillas de ventilación.

2. Evitar que se apague la llama por corrientes de aire.

3. Si huele a gas, no accionar interruptores ni aparatos eléctricos, o encender cerillas ni fumar. Abrir ventanas y puertas. Cerrar los mandos y la llave general de paso.

4. Vigilarla caducidad y colocación de tubo flexible de las cocinas.

S. Revisión periódica de aparatos por instaladores autorizados.

Para urgencias llamar a (r 589 65 55 o 900 10 10 00.