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Un ex empleado comprará Alzamora, firma mallorquina nacida hace 160 años

Una historia empresarial de 165 años y cinco generaciones de una familia de Mallorca se detuvo con el fin de año pasado. La mayorista mallorquina Can Alzamora presentó suspensión de pagos, con unas necesidades de liquidez inmediatas de 200 millones de pesetas y unas deudas de 500 millones. Lo sigular del caso es que esta popular y secular firma de comercio y exportación -que llegó a tener una flota de cinco barcos- será comprada por el antiguo trabajador de la empresa Paco Lavado cuando en los próximos días levante la suspensión de pagos.

Alzamora, todo un símbolo en Baleares, no arrastra deudas bancarias ni tiene pendientes deudas con la Seguridad Social y Hacienda. Hace seis meses, la familia redujo a la mitad la plantilla de más de 50 personas que años atrás llegó al centenar.

Paco Lavado, propietario de la central de distribución Mercat y de redes de supermercados en Baleares, Málaga y Sevilla, distribuía refrescos con un camión hace poco más de veinte años. Luego montó una red de tiendas, suspendió pagos y se marchó a América. Fue detenido y condenado. Desde la sombra ha restaurado su fama y poderío empresarial de otras épocas. Ahora factura sólo en Mallorca la nada despreciable cantidad de 20.000 millones al año.

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