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Reportaje:

La oscura herencia de Malcolm X

El proceso de la hija del líder negro desencadena una nueva batalla racial en EE UU

Antonio Caño

¿Una venganza fríamente organizada o un gran montaje político para desprestigiar al movimiento negro radical? El caso de Qubílah Bahiyah Shabazz, la hija del célebre activista norteamericano de los años sesenta Malcolm X, se debate todavía entre ambas hipótesis.Qubilah se ha declarado inocente ante el juez del delito de contratar a un matón para acabar con la vida del líder del grupo Nación del Islam, Louis Farrakhan, sobre quien siempre ha recaído la sospecha de haber estado detrás del asesinato de Malcolm X hace 30 años. El juez ordenó el jueves su puesta en libertad bajo una fianza de 10.000 dólares (1,3 millones de pesetas) y fijó para el próximo 27 de marzo el inicio de la vista pública.

Louis Farrakhan, un controvertido dirigente con creciente poder. entre los negros más extremistas, también considera inocente a Qubilah y asegura que todo esto no es más que una operación montada por el FBI para desprestigiarlo a él y a la comunidad negra en su conjunto. Farrakhan dijo el martes en un sermón en su mezquita de Chicago que Qubilah había sido la víctima de un agente de la policía federal norteamericana "entrenado para manipular sus emociones y convertirla en un juguete en este esquema diabólico".

Lo mismo piensan los abogados de Qubilah, dos conocidos activistas de derechos humanos que trabajaron para Martin Luther King y que ahora defienden gratis a la hija de Malcolm X. "Esto no es más que un ejemplo más de manipulación del Estado, que trata de abrir viejas heridas para contener la militancia riegra", ha declarado Ron Daniels, director del Centro por los Derechos Constitucionales.

La versión de los defensores de Qubilah es que el hombre a quien, ella habría contratado para matar a Farrakhan, identificado como Michael Fitzpatrick, es un veterano del FBI especializado en infiltrarse en organizaciones radicales con el fin de dividirlas. Los abogados han presentado ante el juez algunos testimonios en ese sentido.

La policía asegura, por su parte, que dispone de cintas y vídeos grabados entre agosto y septiembre del año pasado en Minneapolis que contienen las conversaciones entre Qubilah y Fitzpatrick para matar a Farrakhan. El FBI afirma también que aportará pruebas de que la hija de Malcolm X había ya adelantado incluso una cantidad de dinero al asesino a sueldo por su trabajo. Qubilah ha vivido durante los últimos años en Nueva York, y, según la policía, se trasladó a Minneapolis únicamente con intención de poner en marcha este plan.

La personalidad de los implicados ha hecho que desborde ya los límites meramente judiciales para convertirse en una nueva batalla racial en Estados Unidos. Como las primeras reacciones han demostrado, la comunidad negra, incapaz de hacer frente al grave desprestigio que supondría una guerra interna de tal calibre, ha reaccionado en bloque en contra del establishment blanco, que va a tener muchas dificultades para demostrar que esto no es más que otra investigación policial. Para la comunidad negra resulta tan traumático poner en duda la memoria de Malcolm X como el papel de Louis Farrakhan, sin duda el líder negro más molesto para el sistema blanco.

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