La prensa francesa desentierra el hacha de guerra mientras se reduce el número de lectores
'Le Figaro' y 'Libération' polemizan sobre crisis y dependencias empresariales
La batalla para hacerse con un mayor número de lectores ha hecho que el periódico conservador francés Le Figaro desenterrara el hacha de guerra contra el "libertario-liberal" Libération que, hace apenas tres meses, duplicó su número de páginas, cambió de maqueta y lanzó un suplemento de fin de semana con el propósito de aumentar sus ventas un mínimo de un 20%.Según el rotativo Le Figaro no sólo la renovación de Libération es un fracaso sino que, además, el diario podría suspender su publicación dentro de tres meses. "En tal caso Libération, que creció con Mitterrand, se iría con él", asegura su competidor.
Lo cierto es que Libération no ha logrado alcanzar la cota de los 200.000 ejemplares porque en París sólo ha crecido un 1%, aunque en provincias la mejora haya sido del orden del 23%, algo que ha desorientado a la dirección, que apostaba, sobre todo, por mejorar sus ventas en la capital y alrededores y que por eso creó un cuadernillo especial dedicado al área metropolitana.
Libération no ha tardado en replicar al rumor de su eventual cierre -incluido en la sección 'Confidentiel'- de Le Figaro como un texto breve y sin firma- con una columna de su director, Serge July. "Nosotros podríamos publicar informaciones del mismo tipo: Le Figaro sirve para reciclar el dinero de la droga; Charles Pasqua ha comprado Le Figaro tras el nombre de un hombre de paja... Sólo cito alguno de los fragmentos de lo que podría ser un 'Confidentiel' en Libération hecho a la manera de Le Figaro", llegó a escribir el director de Libération.
Obviamente July precisa que tales "informaciones" serían falsas, pero no es un secreto para nadie que el gran periódico de derecha también atraviesa regularmente crisis financieras o que su dependencia del mundillo político es estrecha.
La guerra entre periódicos se produce porque el número global de lectores disminuye, porque el mercado publicitario sigue sin tener el peso de cinco años atrás, porque el precio del papel se ha disparado y también porque el fin del reinado de Mitterrand, con una casi segura presidencia próxima de Balladur, favorece los ajustes debuentas.
Le Figaro, que ha dudado entre apoyar a Giscard, Chirac o Balladur antes de decidirse por este último, ve Libération como el periódico de referencia del largo decenio socialista. Esos, chispazos entre diarios van acompañados de un profundo malestar interno. En Libération una plantilla sometida a la congelación salarial mientras la empresa espera encontrar 75 millones de francos suplementarios para relanzar la nueva fórmula, ha descubierto que 20 personas quedaban exentas de tal congelación y que esas 20 eran las de mayor responsabilidad dentro del organigrama de Libé. El próximo día 26 de enero el consejo de administración de Libération debe reunirse para hacer balance de su relanzamiento y lo cierto es que se teme la puesta en marcha de un plan social -reducción de plantilla- y un retorno a la antigua paginación para así intentar reducir gastos.
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