Tarde de Reyes

Me dirijo a ustedes a través de este periódico piara informar a todos los lectores sobre el programa correspondiente al pasado día 5 de enero (programa de Ana, Ya vienen los Reyes), emitido por Telemadrid de 17.30 a 20.30, en el que intervinieron, entre otros, Emilio Aragón, Belén Rueda, Consuelo Berlanga, etcétera. Fue anunciado en muchos periódicos, juegos, concursos, etcétera, y en el que los protagonistas iban a ser los niños. ¿Dónde se fueron los juegos y los concursos? ¿A la cabalgata?Mi hijo fue seleccionado entre muchos niños para "salir en la tele ", con lo cual tuve que llevarle el día 4 durante dos horas y el mismo día 5 a las 12.30 porque el niño tenía que ensayar. Quiero resumir la falta tan increíble de respeto que han demostrado los responsables de este programa. Nos recogieron a las 12.30, ensayó las dos preguntas que tenía que hacer a uno de los artistas invitados; así, a las 13.30 había terminado. Nos dejaron tirados en un pasillo, en corriente, de pie & que pueda decir es poco), desde las 12.30 hasta las 20.30.

Ellos lo sentían, no podían hacer otra cosa; mientras tanto, bocadillos, canapés, bebidas, iban y venían por el pasillo para una salita en la que estaban los famosos mencionados anteriormente. Aguantamos, por la ilusión que les hacía a los niños "salir en la tele ", todo por él, pensé. Pero, señores míos, eso no fue un programa, fue, llana y simplemente, una cabalgata a trozos, en la que solamente participaban los niños, si, pero los niños de los famosos. No dio tiempo a que siete de los diez niños. seleccionados hicieran sus preguntas. ¿Por qué? Entre otros motivos, porque a su presentadora se le fue el programa de las manos desde el primer momento.

Les prometieron un juguete al finalizar el programa, y la mayoría de los niños, entre los que estaba mi hijo, salieron con una bolsa de caramelos de cinco duros y una cara de tristeza y desilusión increíble, preguntando: "¿Qué ha pasado?, ¿por qué no he participado, mami?". Señores, gracias a Dios, todavía tengo cinco duros y algo más para regalarle a mi hijo. Con desilusión, cansancio, impotencia y ateridas de frío, pedimos hablar con el responsable, y nos echaron con cajas destempladas, "no había responsables". Según nos dije ron, no era para ponerse así por un regalo. Señores, nuestro mayor y único regalo, así como el de nuestros hijos, era que hubieran podido disfrutar de una bonita tarde de Reyes.

¡Por el amor de Dios! no jueguen ustedes tan descaradamente con las personas, porque cualquier niño, por muy tonto que sea, sabe sentarse entre otros 150 niños sin necesidad de ensayar durante dos días, porque para hacer bulto y hacer de relleno en cualquier programa, ya sea de Ana, de Agustina o de Sebastián, no necesitan engañar a nadie, y si de engaño se trata, por favor, simplemente 10 sillas, en una habitación cualquiera. ¿Es mucho pedir?

He querido dejar para el final lo más importante: ¿juegan ustedes, señores responsables, con la ilusión de sus hijos? ¿Por qué han de jugar con la ilusión de los nuestros? Han pasado cuatro días y mi hijo aún me comenta: "¿Por qué no hice mis preguntas, mami? Yo me las sabía de memoria".- Ana María Portillo González.