El Atlético coquetea con la tragedia
El modesto Mensajero tuvo fuera de la Copa a los rojiblancos durante 20 minutos
El Atlético jugó con el drama. Coqueteó con la tragedia. Un modesto conjunto canario le tuvo fuera de la Copa durante 20 minutos (el 1-1 clasificaba a los visitantes por el valor doble de los goles fuera de casa). En esa fase, incluso el Mensajero envió un balón al larguero. Al final, cuando el Calderón al completo ya estaba al borde del. infarto, el Atlético esquivó de forma agonística la catástrofe.El partido cumplió al milímetro el guión de las jornadas sorpresa. Un gol más o menos madrugador del conjunto favorito, que concede el margen justo para una equivocada relajación; el enfriamiento posterior del juego; el tanto repentino de la víctima, que se crece de forma exagerada con el paso de los minutos, y el drama: la falta de tiempo para reaccionar, los nervios y todas esas cosas. Todos los síntomas condenaban al Atlético a la tragedia. La regateó al final, pero por los pelos. No sin antes pegarse otra sesión de sufrimiento. De mucho sufrimiento.
Llegó el Mensajero al Calderón con pocas ganas de salir de su caparazón, aguardando al Atlético en la alcoba y soñando con el 0-0. D'Alessandro respondió con su traje más ofensivo, sólo tres defensas y dos puntas natos. Semejante mapa dejaba. fácil en apariencia la resolución de la cita: en cuanto marcara el Atlético, se acabaría la contienda. Así, un cabezazo de Caminero a los 25 minutos amenazó con zanjar para siempre la eliminatoria. Y eso pareció. El choque, que nació muy frío, fue cayendo en la congelación tras el tanto colchonero. El Atlético conservó la pelota y atacó, pero sin la determinación que exigía su superioridad. El Mensajero se mantuvo escondido atrás, conforme en teoría con la derrota mínima.ç
De pronto, llegó el zapatazo sorpresa de Oscar Engonga. La eliminatoria se ponía contra el grande. Quedaban aún 35 minutos, pero el reloj iba a correr como nunca en su contra. El Atlético se colgó de 'la portería canaria para i
nclinar la balanza de su lado. A cambio, dejó que el rival le pusiera la pistola en la sien en cada contragolpe. El Atlético sobrevivió a la ruleta rusa, aunque a punto estuvo de explotar la bala en un remate al larguero de un tal Puente.
Con la afición al borde de la desesperación, con el clima de alta tensión que generan juegos tan arriesgados, llegó la acción ganadora: el gol suertero de Geli a 15 minutos del final. Siguió sufriendo el Atlético, con la sombra de la eliminación en el cogote (el 22 habría clasificado al Mensajero), hasta que Pirri al fin dejó respirar tranquilo a su. equipo (3-1, m. 87).
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