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Los hermanos fiscales

Tres niños de Móstoles denuncian en la televisión los destrozos de los gamberros

Los gamberros de Móstoles (199.000 habitantes) se han especializado en eliminar en un solo minuto, y con una cerilla encendida, todo el papel para reciclar que los vecinos del municipio han tardado varias semanas en reunir hasta llenar con este material los contenedores públicos. No en vano, la Policía Local tuvo que intervenir en 285 actos vandálicos durante 1994, donde las víctimas más comunes fueron papeleras, bancos, árboles, fuentes y sobre todo los sufridos contenedores. En esta lista, sin embargo, no tienen cabida las pintadas que adornan multitud de fachadas en Móstoles, pese a que más de uno se vio obligado por el Ayuntamiento a limpiar sus propias obras de arte".Todo, el mundo condena estos actos en pequeños círculos, pero nadie se ha atrevido a. alzar la voz contra los desaprensivos. Nadie excepto Álvaro, Víctor y Nacho, tres hermanos de 10, 9 y 5 años, respectivamente, que han aprovechado un medio de amplia difusión en la localidad como es Telemóstoles para hacer oír sus mensajes en contra del gamberrismo.

La indignación de estos tres chavales y su decisión de protestar en serio llegó una mañana de sábado, cuando al bajar a la calle comprobaron que toda la fila de vehículos estacionados, incluido el de sus padres, tenían las ruedas cosidas a navajazos y los espejos retrovisores destrozados por el efecto de contundentes patadas. Según la policía, éstas son prácticas habituales "de la noche del viernes" en zonas próximas a locales de copas, como es el caso del domicilio de estos niños, en la urbanización Estoril II.

Ante tan grave destrozo, los tres hermanos, animados por, Álvaro, el mayor, pidieron unos minutos de la programación del canal televisivo para introducirse en los hogares y poner de manifiesto la grave situación que sufre Móstoles, por el efecto de las bandas de bárbaros que se divierten a costa del mobiliario público y bienes particulares, después de que el alcohol les haya hecho efecto.

Los niños patearon toda la ciudad buscando "rastros vandálicos", hasta completar una lista de medio centenar de puntos donde aparecen marquesinas de autobús con los cristales estallados, contenedores de papel abrasados por las llamas, papeleras volcadas y abolladas, árboles Partidos o bancos arrancados. Sin embargo, no han sido capaces de identificar a ninguno de los autores, aunque están convencidos de que los gamberros se hacen en el cole.

"A veces hay niños que disfrutan tirando piedras contra todo y esos son los futuros vándalos", señala Álvaro. "Un día un chico de mi clase fue expulsado un mes porque rompió las lunas de un coche donde había un hombre durmiendo dentro que protestó al director", explica su hermano Víctor.

Mientras que Nacho, Nachete para sus familiares y amigos, opina que a los vándalos "habría que meterlos en la cárcel", sus dios hermanos mayores piden a través de televisión a todos los mostoleños "que denuncien los destrozos", y a la policía "que obligue a quienes pillen a arreglar o pagar, con su dinero los daños ocasionados". Tarea difícil esta última ya que, según la Policía Local, se trata de jóvenes que después se dan a la fuga o se escudan en las pandillas.

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