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Un continuo flujo de inversiones

Tras el susto de la deuda, México era muy atractivo para los inversores

La economía mexicana ha recibido continuamente inversiones españolas, financieras e industriales, desde principios de la década actual. Pasado el susto de la crisis de la deuda de los años ochenta, la vuelta a México era algo cantado que se aceleró a medida que la economía de aquel país salía de su crisis y se avanzaba en la Posible firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y Canadá.En esta vuelta hacia México, corrieron tanto empresas industriales y de construcción como las principales entidades financieras españolas. El Banco Santander fue, posiblemente, el primero en volver, tras haber sido también el primero en salir en medio de la crisis de la deuda. En 1990 alcanzó un acuerdo con Nacional Financiera para invertir temporalmente el equivalente a 100 millones de dólares en la compra de acciones de siete de las principales empresas mexicanas (Desc, Vitro, Tolmex, G-México, Kimberley, Clark, Telmex y Celabese) para venderlas posteriormente entre clientes españoles y de otros países. Se trataba de una pura inversión financiera considerando que los precios de adquisición eran atractivos y que empezaba a haber una demanda de títulos mexicanos en el mercado.

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En 1991 el BBV inició su andadura mexicana con la compra del 2% del Grupo Probursa, ampliada al 10% un año después y hasta el 22,1% en 1993, lo que supuso una inversión de 162 millones de dólares. En la actualidad Probursa -integrada por un banco, una compañía de seguros, una casa de bolsa y varias sociedades financieras- tiene unos activos equivalentes a 900.000 millones de pesetas, el4% del mercado y una plantilla de 5.300 personas.

El banco -Multibanco Mercantil Probursa- ocupa el octavo puesto en el ranking nacional. La inversión mexicana ha llegado a estar valorada en cerca de trescientos millones de dólares, según la cotización en Bolsa, pero en la actualidad vale bastante menos y puede haber originado algunas minusvalías.

El Banco Central Hispano es otro de los grandes que apostaron por entrar, con un porcentaje inferior al 30%, en un grupo financiero mexicano. En este caso se trata del grupo Prime, donde el BCH tiene el 20%, después de haber invertido, entre 1993 y 1994, 190 millones de dólares. El 80% del grupo Prime lo forma un banco: el Internacional de México, que ocupa el sexto lugar dentro de los bancos mexicanos. Fuentes españolas, que reiteraron la bondad a medio y largo plazo de la inversión realizada, señalaron que los problemas a los que se enfrentan los bancos mexicanos "se parecen mucho a los de los españoles: un alto nivel de morosidad que puede afectar a los beneficios a corto plazo pero no a medio, porque la generación de recursos es muy positiva".

El Banco Central Hispano puede registrar, coyunturalmente, algunas pérdidas por el menor valor de la inversión. Pero no se dejará notar en los resultados del grupo, ya que hay una provisión, con cargo al fondo de fluctuación de valores, que cubre la inversión realizada.

El último en entrar en el sistema financiero mexicano ha sido el Banco Santander, a través de la creación del Banco Santander de Negocios en México, mediante una inversión de 100 millones de dólares llevada a cabo en el pasado mes de noviembre. El Santander eligió como mecanismo de entrada la vía abierta por el TLC: a través de una subsidiaria en el Estado asociado de Puerto Rico, se puede llevar a cabo una inversión totalmente controlada por el grupo Santander.

El Santander ha abierto siete oficinas de su banco de negocios y ha pedido autorización para operar con una casa de bolsa. J. P. Morgan, el gigante norteamericano, recorrió el mismo camino una semana después. El Santander no ha registrado pérdidas por su reciente inversión, ya que ;apenas ha tenido tiempo de estudiar operaciones concretas en las que pudiera haber colocado parte de los recursos aportados. Contablemente, el banco Santander de Negocios de México puede registrar importantes beneficios que, no obstante, como grupo consolidado, se diluirán.

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