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GUERRA EN EL CÁUCASO

Paisaje después de la matanza

''Sabían que esto era un hospital", dicen supervivientes del bombardeo aéreo ruso a Shali

SONNI EFFRON (LAT)No fue un ataque, sino una matanza, dicen los supervivientes de Shali. Cuando los habitantes de esta localidad chechena vieron caer brillantes- cilindros de los aviones rusos el martes por la mañana, supusieron que eran más panfletos para pedir a los combatientes de la república independentista caucásica que rindieran sus armas ante el invasor. Pero no. Los reactores lanzaron bombas de fragmentación y misiles en la calle del mercado, incendiaron más de una docena de automóviles y mataron a decenas de personas.

Apenas 20 minutos después, cuando la gente se disponía a socorrer a los heridos, los aviones volvieron a atacar. Una hora más tarde regresaron otra vez y atacaron el hospital al que habían sido conducidas las víctimas que no perdieron la vida, así como la escuela y una granja colectiva. Hubo al menos 55 muertos y 186 heridos, incluidos cinco médicos, alcanzados por fragmentos de cristales de una ventana del quirófano que saltó por los aires, asegura Zaur Muslíev, director del centro sanitario. Una mujer murió cuando la explosión de otra bomba afectó a la sala de maternidad, pero el. niño que acababa de dar a luz el día anterior sobrevivió milagrosamente., "Esto es barbarie químicamente pura", dice Muslíev,. "sabían perfectamente que esto era un hospital".

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Asuntos internos.

La orden de Borís Yeltsin de. suspender los bombardeos llegó demasiado tarde para esta población situada a unos treinta kiómetros al sur de Grozni. Shali, de unos 30.000 habitantes en circunstancias normales, había acogido a- unos 90.000. refugiados-, procedentes de la capital chechena y, según sus residentes, no tiene ninguna importancia desde el punto de vista militar. Su única industria es una pequeña fábrica de dulces.

Los chechenos aseguran que el ataque fue tan, sólo una represalia por la humillante derrota sufrida en el asalto a Grozni mientras un año moría y otro nacía. "Fue terror puro" afirma Abdul Vaduz Islamgiríev, de 34 años.

."Teneinos balas suficientes para todos ellos" asegura por su parte Magomed Elihjiyez, recién llegado a Shali, su ciudad natal, desde Grozni, para conseguir comida y cambiarse de ropa antes de reincorporarse en la capital chechena a las fuerzas que intentarán detener lo que ayer parecía un inminente nuevo ataque del Ejército ruso.

Este combatiente confirma 10 que aseguran otras fuentes: que centro de Grozni está en manos de los combatientes independentistas de Dzhojar Dudáiev,excepto en la zona que rodea a la estación de ferrocarril, a tan sólo unos 1.500 metros del palacio presidencial. Francotiradores rusos, añade, han tomado también posiciones en el interior de la ciudad.

La mayoría de los heridos se salvó de la muerte tan sólo por que el hospital de Shali no sufrió impactos directos de bomba, aunque la práctica totalidad de

as ventanas fueron reducidas a pedazos. Uno de los supervivientes fue un prisionero ruso, el teniente- Oleg Podnosov, de 22 años, que se recuperaba de una operación- de abdomen. "Las bombas cayeron a unos diez metros de mi Cama. Ha sido un milagro que no tocaran el edificio" afirma. "Han actuado como brutos inhumanos".

En el patio horadado por una bomba de, su casa campestre, Malika Ediyeva gira su cara de 63 años hacia el cielo del qué llovió la destrucción de todo cuanto pudo construir a lo largo de toda una vida de trabajo. Ella y su marido se encontraban en el funeral de tres parientes que habían muerto en el ataque a la calle del mercado cuando un nuevo bombardeo afectó a su propiedad. Eso les salvé la vida. Pero su hijo fue alcanzado en la espalda por la metralla, que le afectó a la espina dorsal. Le llevaron al hospital y volvieron para enterrar los cadáveres calcinados de sus ocho vacas lecheras. La misma suerte corrió su rebaño de ovejas, pese a estar protegidas en un recinto cercano. "¿Cómo han podido hacer esto a gente pacífica e inocente?", se pregunta Ediyeva. "Nosotros votamos por Yeltsin en 1991. Queríamos que fuese presidente. Le amábamos". Ya no.

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