Juicio contra un abogado por falsear una sentencia
La fiscalía de la Audiencia de Madrid ha solicitado seis años de cárcel para el abogado Aldo Darío H., sometido a juicio por falsificar supuestamente una sentencia del Supremo y de estafar dos millones de pesetas a su cliente, Óscar Madrigal. Según el fiscal, el letrado se comprometió con Madrigal -condenado a 11 años de cárcel por tráfico de drogas- a recurrir esta sentencia ante el Supremo y a lograr que se le redujera a sólo cuatro años. Para ello, pidió al preso dos millones de pesetas y le dijo que ese dinero iba a entregárselo a un magistrado.
Los hechos se inician cuando la Audiencia condena a Madrigal, en octubre de 1991, a 11 años de cárcel por traficar con casi cinco kilos de cocaína. Una vez dentro la cárcel, Aldo Darío -según el relato del cliente- le pidió dos millones de pesetas para dárselos al referido juez del Supremo, quien se encargaría de reducir a cuatro los 11 años de prisión.
En septiembre de 1992, Aldo Darío visitó a su cliente en la prisión y le entregó una copia falsa, según el fiscal de la supuesta sentencia del Supremo. La copia parecía real, ya que para ello utilizó un papel idéntico, con el membrete del Ministerio de Justicia, al que emplean los jueces.
Con la falsa sentencia en la mano, el cliente, según la acusación, se puso muy contento y propagó a sus compañeros de prisión que su puesta en libertad era inminente, ya que el Supremo le había reducido la pena a cuatro años, y, a esas alturas, él llevaba tres encarcelado. Sin embargo, pasaron algunos meses y la libertad no le llegaba. Los responsables de la prisión, creyendo que la sentencia era auténtica, hicieron gestiones con el Supremo al ver que pasaba el tiempo y no llegaba ningún escrito de libertad para Madrigal.
Después se supo que el tribunal no sólo no había dictado ninguna sentencia al respecto, sino que, por el contrario, había decidido no admitir el recurso. Durante el juicio contra el abogado, que se celebró el miércoles en la Audiencia, el procesado admitió que había pedido a Madrigal un millón de pesetas, pero en concepto de honorarios. Un psiquiatra, Tomás Ortiz, declaró al tribunal que Aldo Darío sufre varios trastornos en su personalidad, que se traducen en tina reacción vivencial anómala. Manuel Álvarez, letrado de Aldo Darío, solicitó al tribunal su absolución por falta de pruebas, entre otros argumentos. La acusación particular reclamó, por su parte, un total de 14 años de prisión por los delitos de estafa y falsedad.
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