Esperando en un infierno de agua
Localizada entre olas de 15 metros la navegante solitaria Isabelle Autissier
Isabelle Autissier, una francesa de 38 años que es la primera mujer que ha dado la vuelta al mundo navegando en solitario, espera ser salvada, mañana o pasado, por un navío australiano. En estos momento su barco, el monocasco Ecureil-Poitou-Charente, es una mera cáscara de nuez maltratada por olas de más de 15 metros de altura y vientos de 140 kilómetros por hora. Los mástiles del barco han sido arrancados por el huracán.Isabelle Autissier, que ya ganó la primera etapa de la llamada BOC Challange -una vuelta al mundo con escalas- sacándole cinco días de ventaja a su inmediato perseguidor, el estadounidense Pettengili, lanzó ayer dos bengalas pidiendo socorro. Su navío, quizás debido a forzar demasiado los palos en busca de la máxima velocidad, ya perdió un mástil poco después de abandonar Ciudad del Cabo. Entonces Autissier pudo llegar hasta las islas Kerguelen para poceder a una reparación de urgencia pero a costa de ver evaporarse toda su ventaja. Ahora, con un monocasco fragilizado por su mástil de fortuna, intentaba sin embargo recuperar terreno y se atrevía incluso a buscar nuevas vías, pasando por el sur de Tasmania hacia Sidney.
Un barco sin palos y sometido a un oleaje de gran temporal sube y baja con gran brusquedad, siendo imposible hacerle abordar las montañas de agua guardando una cierta diagonal. La última vez que Auttissier pudo comunicarse, por fax, explicaba que "el temporal de nieve, hielo y viento es tremendo pero he podido recoger a tiempo todo el trapo". Luego se interrumpió la comunicación y durante largas horas se la dio por perdida. Entre el momento en que lanzó su demanda de socorro y el de la localización pasaron más de 18 horas de angustia.
Un avión militar australiano Hércules la localizó al fin, a la deriva en un mar enfurecido y con un cielo muy bajo. "En menos de diez minutos la temperatura de Melbourne cayó catorce grados", explicaba el piloto para justificar las dificultades de volar por una zona dominada por los tornados. "Ella debió de oírlos motores del avión, por que estaba de pie y me hizo señales con los brazos. No sé lo que ha podido sucederle pero el hecho de verla ahí me hizo comprender que ella estaba 0K", dijo Keith Haiver, del servicio de seguridad.
El avión lanzó en dirección a Isabelle Autissier una lancha de salva-mento así como otras señales que permitan localizarla posteriormente. Las sucesivas oleadas de mal, tiempo impiden que el salvamento pueda realizarse de inmediato y la navegante deberá permanecer aún dos o tres días en pleno centro helado de un infierno de agua, esperando la llegada del HNAS,Y Darwin, un navío de 140 metros, con pista para helicópteros, que ya, se dirige hacia ella.
Isabelle Autissier es una de las figuras de la pasión francesa por el mar, una pasió desvelada durante los años 80 y que ha convertido en personajes populares a la también, navegante Florence Arthaud, ganadora de la Ruta del Ron, o a sus colegas, Loick Peyron, Eric Tabarly o Tituan Lamazou, amén de otros personajes aún más temerarios y sufridos, como Gerard Daboville, el primero en cruzar remando el océano Pacifico.
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