La hora de gloria de los supergendarmes
Francia consagra como héroes a los policías que asaltaron el Airbus secuestrado
No es frecuente que la policía despierte entusiasmo, pero ayer Francia consagró como héroes populares a sus supergendarmes, a los hombres del Grupo de Intervención de la Gendarmería Nacional (GIGN). Cuarenta de ellos intervinieron en el dramático asalto del Airbus 300, en el aeropuerto de Marsella y liberaron a 173 rehenes.Todo el país los ha visto actuar, las imágenes televisivas captadas por LCI (el canal francés de información continua) pasan, una y otra vez, por la pequeña pantalla y muestran a unos hombres vestidos de azul luchando a tiros contra unos secuestradores parapetados en la cabina del avión.
El GIGN fue recibido en París con aplausos y vítores, con admiración y agradecimiento. El propio presidente, Franoçois Mitterrand, quiso felicitar a los supergendarmes y decirles que "la nación os debe mucho". El ministro de Defensa, Franoçois Léotard, no ha desaprovechado la ocasión y acompaña a todas partes al comandante Denis Favier que, modesto, no duda en repartir los méritos y asegura que "si todo ha salido bien ha sido también gracias al buen comportamiento y serenidad de los secuestrados". Uno de ellos contaba después: "¡Nunca creí que pudiera agradecerle tanto a alguien que me ordenase lanzarme por los suelos con las manos en la cabeza!".
Hace 20 años, después de ver lo ocurrido durante los Juegos Olímpicos de Múnich, cuando un comando terrorista palestino secuestró y asesinó a 11 atletas israelíes, el Gobierno francés decidió crear un cuerpo de policía de élite. Los 87 miembros del GIGN están organizados en cuatro grupos, dos de ellos siempre inmediatamente operativos. Su edad media es de 34 años y son especialistas en todas las armas conocidas. En su cuartel, vecino a Versalles, se entrenan continuamente.
El copiloto del avión que saltó desde la ventanilla de la cabina se rompió un brazo y se torció el tobillo. Uno de los agentes del GIGN saltó desde la misma altura y luego volvió a subir al avión para reincorporarse a la batalla. Alguna de las armas que utilizan ha sido creada especialmente para ellos: "Les explicamos a los fabricantes lo que necesitamos para ciertos casos muy concretos y ellos inventan el material adecuado", resumió Favier.
Francia los redescubrió ayer, pero su hoja de servicios es larga. "En 20 años hemos liberado a 350 personas, a las que habría que sumar ahora los pasajeros del Airbus", recordó el comandante. La opinión pública había olvidado a los 30 niños salvados en Djibuti en 1976, pero no en cambio su intervención, 10 años más tarde, en Ouvea, en Nueva Caledonia, donde liberaron a 23 franceses retenidos, pero a costa de la muerte de 17 independentistas canacos.
El comandante Denis Favier dijo ayer que no había llegado a ver a los piratas.
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