El Papa condena la tragedia de la guerra

Juan Pablo Il condenó los conflictos que se están cobrando vidas inocentes de los Balcanes a Ruanda en su tradicional mensaje navideño. El Papa destacó también la importancia de la familia como "célula vital de la Iglesia". A través de radios y televisiones, su homilía fue retransmitida a más de 50 países, y se calcula que fue seguida por unos 250 millones de fieles.Tras oficiar la misa de pontifical en la basílica de San Pedro, y desde el balcón central, ante unas 50.000 personas que poblaban toda la plaza en una mañana fría pero soleada, el Papa impartió la, bendición urbi et orbi y saludó en 54 idiomas.

En su mensaje, Juan Pablo II dio las gracias por los frutos que este Año Mundial de la Familia "ha producido en cada comunidad eclesial y en los países de cada continente", con innumerables iniciativas que han favorecido "la dignidad del matrimonio y de la familia". Señaló que Cristo, al pedir "al Padre celestial que todos sean uno, rezaba en aquel momento también por la unidad de las familias" y pedía "ante todo por la unidad de la Iglesia", pero también "por la pequeña iglesia doméstica que es la farnilia". El Papa evocó e imploró a Dios "por la gran familia humana, lacerada desgraciadamente por continuos egoísmos y violencias".

"La tragedia de la guerra en muchas partes del mundo", afirmó el Pontífice, "sigue causando innumerables víctimas incluso entre personas inocentes e indefénsas". Juan Pablo II evocó "el interminable conflicto bélico en el corazón de Europa, que desgarra los Balcanes, los nuevos focos de tensión que corren el riesgo de implicar a otras regiones del mundo, como en el Cáucaso, donde la situación se hace cada vez más preocupante".

El Papa recordó "Angola, que sigue siendo víctima de las convulsiones de uría lucha fraticida nunca calmada; Ruanda, que después de haber sufrido graves y profundas heridas trata de levantarse del abismo en el que había caído por pasiones irracionales; Burundi, país marcado también por un malestar alarmante". "Qué decir de Sudán, con su, guerra olvidada, y de Argelia, donde la violencia homicida tiene como rehén a todo el pueblo, y la tierra donde nació Jesús, que quizá sigue siendo teatro de choques y lugar de división", agregó.

El Papa tuvo también palabras de aliento para Italia, que se debate en una crisis política tras la dimisión del jefe del Gobierno, Silvio Berluconi, el pasado jueves. En este sentido, pirdió a los italianos que se aferrasen a los valores religiosos y morales; "de esa fÓrma", añadió, "podréis encontrar la menor solución a vuestras dificultades y construir un presente y un Futuro ricos de esperanza para toda la nación" Juan Pablo. II pidió que la paz del "Príncipe de la Paz" llegue a las familias, los niños, las mujeres, los ancianos, los minusválidos, a menudo víctimas indefensas del egoísmo y la marginación". Finalmente imploró al Niño Jesús "que enjugue las lágrimas de los niños, acaricie al enfermo y al anciano, impulse a los hombres a abandonar las armas y a estrecharse en un abrazo universal de paz y que "suscite en cada corazón ternura y compasión".

Asimismo elevó su plegaria para que los pueblos derriben los muros, construidos por la miseria y el desempleo, la ignorancia, la indiferencia y la discriminación".