El Getafe se deja un punto en la reyerta
El partido acabó con empujones y escupitajos en el túnel de vestuarios
Empezaron tratándose de usted y acabaron a salivazos. El duelo entre Getafe y Athletic B, dos equipos elegantes, terminó en pelea barriobajera con empujones, insultos, codazos al aire y escupitinajos incluidos. El fútbol imaginativo y alegre quedó pisoteado por la tensión y las vendettas.Los cachorros bilbaínos se acomodaron rápidamente en el campo. En los primeros compases del juego reivindicaron su claridad de ideas con una jugada de vértigo, la del primer gol. La respuesta del Getafe fue tímida La disciplinada zaga vasca convertía en fueras de juego cada una de las opciones de ataque lo cales: seis fueras de juego, cinco de Julián, en el último cuarto de hora del primer periodo. Mientras, en las gradas, silencio. Los comandos azules ayer estaban de huelga, exhibiendo pancartas contra Francisco Flores, en demanda de un mayor apoyo por parte del presidente del club.
La cortesía se quedó en el vestuario para el segundo tiempo Huegun, el ariete bilbaíno, tuvo ocasión de marcar el segundo gol a los seis minutos. Falló y decidió dedicarse a otros asuntos soltó un codazo al aire que podría haber hecho saltar la mandíbula de Villa por los aires. Los delanteros bilbaínos se pusieron farrucos y los defensas del Getafe entraron al trapo. Se abría la veda para las vendettas.
El gol de Montero otorgó los mandos del partido al Getafe, que colocó a los bilbaínos contra las cuerdas. La victoria estaba al alcance de la mano, y así lo demostraron con sus disparos Montero, Gonzalo y Argenta. Pero la ocasión más clara estuvo en la cabeza de Jaime: Aizkorreta sacó con el filo del guante un balón que olía a gol. Las Margaritas despertó de su letargo y se convirtió en gallinero con el despiste del árbitro, que mostró una tarjeta amarilla a Cortina sin darse cuenta de que era la segunda. Y el lío en las gradas se prolongó en el túnel del vestuario con el pitido final.
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