Milan y Bayern cogen el último tren
Los dos orgullosos ex campeones que corrían el peligro de caer eliminados supieron sobrevivir a sus miserias. El actual titular del torneo, el Milan, afectado en la Liga de Campeones por la deducción de dos puntos debida al botellazo al portero del Casino de Salzburgo en el encuentro de vuelta, supo ayer desquitarse en el Prater de Viena y dio una lección de eficacia: cuando lo que importa es el resultado, acuda a un equipo italiano. El equipo de Capello, que necesitaba ganar de todas todas, supo rentabilizar un temprano gol de Massaro (m. 29): Baresi, Desailly y compañía enfriaron el partido y extendieron su tela de araña para lograr su objetivo: pasara lo que pasara no debía pasar nada. La Liga de Campeones es una cosa diferente a la doméstica y el carácter de ganador surgió cuando debía, aunque de forma rácana. Capello salvó su puesto como técnico, faena en la que se vio ayudado por la racanería del rival, un conjunto que estuve, a punto de pasar a cuartos sin haber marcado un sólo gol en su propio feudo. En esa fase, el Milan se verá las caras con el Benfica de Lisboa, y si supera al sempiterno representante portugués se enfrentaría en semifinales con el ganador de la eliminatoria entre el Barcelona y el París Saint-Germain.El otro campeón en apuros, el Bayern de Múnich, también su friente de una grave crisis en su liga doméstica, salió airoso de la tenaza ex soviética gracias a la resurrección de su discutido ariete, el frances Papin. El conjunto presidido por el kaiser Beckenbauer tenía. la papeleta más difícil: su clasificación pasaba por una derrota del Spartak de Moscú en parís y una victoria propia en Kiev ante el Dinamo. Ambas condiciones se cumplieron con creces.
Primero, la propia. A pesar de que los ucranios del Dinamo se adelantaron en el minuto 38 con un gol de Shevchenko que desató la euforia entre los 60.000 espectadores que acudieron al estadio, la maquinaria alemana supo conseguir en el minuto 45 por medio de Nerlinger el gol psicológico que le hizo funcionar y atascar al mismo tiempo la rival. Después Papin puso sus dos granos de arena sentenciadores, a los que se sumaron el postrero de Scholl. Que empiece a preocuparse el Gotemburgo, rival de los muniqueses en cuartos.
Pero si quieren ver goles, pásense por París. El Saint-Germain, rival del barça en cuartos, ha crecido de la mano del liberiano Weah y de Ginola. Entre ambos han conseguido que el equipo que sorprendía porque eliminaba al Madrid se convierta en un serio candidato al título. Por lo menos los números le avalan: con el 4-1 (dos goles de Weah, uno de Ginola y otro de Rai frente a uno de Rodionov) endosado anoche al Spartak de Moscú, un equipo que se jugaba la clasificación, el París Saint-Germain pasa a los cuartos como el máximo goleador de los 16 equipo que jugaron la liguilla, a la par que es el único también que ha ganado los seis partidos.
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