El Tenerife recupera el gol ante el colista

El Tenerife logré lavar su imagen de los últimos partidos de Liga y consiguió su mayor goleada. El equipo de Vicente Cantatore, a pesar de tener que realizar dos cambios a los nueve minutos, encontró el rumbo con el peruano Del Solar como director. Y recuperó los goles, con la pareja Juanele-Latorre como principales firmantes. El Logroñés demostró por que está en el último puesto de la clasificación. No inquietó a Ojeda.

La primera mitad se jugó según lo previsto: control del Tenerife y repliegue del Logroñés a la espera de algún contragolpe. El guión estaba escrito de antemano y sus protagonistas lo cumplieron a rajatabla. Sin embargo, el Tenerife vió como a las primeras de cambio tuvo que modificar sus Planes. Mata y Pizzi tuvieron que abandonar el campo a los nueve minutos por lesión. No importó: uno de los sustitutos, Llorente, marcó el primer tanto tan sólo seis minutos despues.

A partir de ahí, el Logroñés abrió un poco más sus líneas y hasta creó situaciones de peligro de forma aislada. Sin embargo, en la recta final del primer periodo, el dominio. y las ocasiones volvieron del lado local. El Tenerife se olvidó de pasadas actuaciones y transmitió a su público la idea de que el bache es pasajero. La sociedad Latorre-Juanele comenzó a funcionar y llovieron las llegadas de gol.

Cuando Juanele marcó el segundo tanto, el Logroñés desapareció. Y los canarios fabricaron oportunidades por oleadas. Al argentino Latorre le fallaba la puntería, pero se le veía con ganas de desplegar su juego y de facilitar balones de peligro a sus compañeros. Así, un pase suyo abrió el tercer gol: Ezequiel Castillo disparó al poste y Juanele aprovechó el rechace.

La superioridad local se hizo cada vez más evidente. El Tenerife lo aprovechó para reconciliarse con su afición, muy necesitada de espectáculo. En su alegría ofensiva, el conjunto canario concedió contraataques al Logronés, que andaba con un día sin puntería. En uno de sus múltiples acosos locales, Latorre se reencontró con el gol al culminar una jugada personal dentro del área. Tras cuarto gol, el partido entró en una fase de descontrol absoluta.