Suker busca compañero
Davor Suker busca compañero. Será, posiblemente, Edinundo Alves, futbolista brasileño internacional con ficha en vigor en la plantilla del Palmeiras. El Sevilla ha negociado un acuerdo de cesión con la firma Parmalat, propietaria de los derechos del jugador. El club andaluz está dispuesto a pagar hasta 50 millones por tener prestado al futbolista hasta el 30 de junio de 1995, incluyendo, no obstante, el derecho de compra en caso de que Edmundo siga interesando al final de la cesión.
Pero a Luis Aragonés no le gusta Edmundo. Aragonés conoce la notoriedad que Edmundo se ha ganado en su país y no precisamente por sus dotes técnicas: es un jugador polémico, famoso por haber ocasionado enfrentamientos entre compañeros y poco dado a plegarse a la disciplina. Sin ir más lejos, sobre Edmundo pesa actualmente una sanción de cinco encuentros en Brasil por haber protagonizado un altercado. el pasado 30 de octubre en el partido que enfrentó al Palmeiras con el San Paulo.
En el plano futbolístico, los técnicos seVillistas, que han visto en directo a Edmundo, han llegado a decir que el brasileño es "tan bueno o más que Stoichkov" pero tiene, incluso, peores modos que el búlgaro y sus reacciones antideportivas en el césped son todo un problema.
El Sevilla es, además, de los pocos equipos de primera que puede incorporar extranjeros sin que ello genere problemas de alineación a su técnico. Sólo ti ene a dos en la plantilla: Suker y Moacir.
La búsqueda de un delantero
que comparta ataque con Suker no ha restado concentración a la plantilla, que prepara a conciencia el encuentro frente al, Español. La asignatura pendiente de los andaluces es asegurar los puntos en el Sánchez Pizjuán, de donde ya han volado siete en sólo seis partidos. Luis Aragonés ha estudiado durante toda la se mana la táctica que opondrá al equipo de José Antonio Camacho. Aunque al final se decante por alinear el mismo once que el pasado domingo se impuso al Barcelona en el Camp Nou. Eso sí, el entrenador sevillista modificará la estrategia con una obliga da apuesta por el ataque.
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