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La familia pide que no se prolongue artificialmente la vida del cardenal Tarancón

La familia del cardenal Vicente Enrique y Tarancón, ingresado en una clínica de Valencia desde el pasado miércoles y en estado "irreversible" desde el sábado, mostró ayer sus deseos de que el enfermo "tenga una muerte digna" y de que no se prolongue "artificialmente su vida". Tarancón continúa en coma en la clínica Casa de la Salud de Valencia, donde ingresé debido a una insuficiencia respiratoria aguda. La avanzada edad del cardenal -87 años-, unida a la presencia de un "proceso tumoral expansivo" que afecta a los pulmones y a las complicaciones propias de tal cuadro clínico determinan la "extrema gravedad" del paciente, según fuentes médicas.El neumólogo Eduardo Benlloch, que atiende al cardenal, se mostró "sorprendido de la resistencia física" del enfermo tras visitarle ayer. El médico explicó que se mantiene el tratamiento propio en estos casos y añadió que, debido a los deseos de la familia, se había descartado proporcionar al cardenal, que se encontraba en estado de semiinconsciencia, la ayuda de la ventilación asistida, que le permitiría respirar mejor. El parte médico de ayer calificaba de "muy grave" el estado del enfermo, que continuaba en coma.

Además de la citada petición de no prolongar artificialmente la vida del cardenal, la familia emitió ayer un comunicado de agradecimiento por las "muestras de cariño" recibidas y por la "discreción de los medios de comunicación que saben respetar en todo momento de intimidad familiar".

El cardenal Tarancón recibió ayer muy pocas visitas. Una de ellas fue la del arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, quien regresó anticipadamente de Roma, donde asistió a la proclamación de 30 nuevos cardenales, entre ellos el también valenciano Ricard Maria Carles, arzobispo de Barcelona.

García-Gasco visitó a Tarancón por la mañana y ofició una misa en la habitación del cardenal. A su salida, el arzobispo de Valencia comparó el estado de Tarancón con el de "una antorcha que se va apagando poco a poco".

Por otra parte, el Papa Juan Pablo II envió el pasado sábado por la noche un mensaje personal dirigido al cardenal Tarancón en el que asegura estar "profundamente conmovido por la noticia de su enfermedad".

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