_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

¡Fueras papás!

¡Quré limpio sonaba aquello de "instrucción pública"! ¡Qué gorrino me suena "educación", 'formación" o, peor todavía, 'formación integral"! Cada vez me siento más irreversiblemente anclado en el Ancien Regime. La escuela de hoy se ofrece a las familias a manera de "Plan personalizado" o de "Especialistas en ti". Y hasta la escuela pública se ha dejado infectar por el indecente y traicionero contubernio entre papás y profesores por encima de las cabezas de los niños, cuando las entrañas mismas del concepto de "lo público" claman por una escrupulosa y hasta casi ritual impersonalidad. ¡Fuera los padres de la escuela pública! El que los escolares sé enfrenten a solas con la institución es una exigencia capital de la socialidad. De lo contrario, por lo pronto estudiarán -si estudian- "para dar gusto a sus padres".Aniquilado todo atisbo de sociedad civil, no queda ya más que el Estado como único posible gestor o sucedáneo, siquiera sea mecánico e indirecto, de la socialidad. Pero la oposición individuo-sociedad no es tan simple como la cree el nominalismo anti-estatista (en expresión de Vargas Llosa), que, diciéndose defensor del individuo, al fin lo atropella más villanamente, pues de pronto resulta que la impersonal¡dad y la distancia no sólo son condición necesaria de la socialidad sino también mejores protectores de la individualidad que el indigno comercio psicológico entre papás y profesores con el alma de los niños o que ese otro encanallamiento de los nombres de pila y el tuteo.

Cuenta Machado que cuando un padre le decía a Juan de Mairena:"-¿Le basta a usted ver a un niño para suspenderlo? [...] Mairena contestaba, rojo de cólera y golpeando el suelo con el bastón: -¡Me basta ver a su padre!". ¡Dorados tiempos de la Instrucción Pública!

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_