"Vivo con una pensión de 32.600 pesetas al mes"
Fernanda Carriches, de 59 años, vive desde hace dos años y medio con una pensión de 32. 600 pesetas al mes. Su marido Ángel Bueno Manso, murió apuñalado en el interior de su taxi una madrugada de abril de 1992 sin tocar los dos bocadillos que ella le había preparado para la cena. "Estaba ensangrentado como Cristo en la cruz", recordaba ayer Fernanda en el salón de su casa del barrio de Aluche. La policía todavía no ha resuelto el caso "porque decían que había 50.000 huellas en el coche, pero tampoco ha aparecido su reloj", y ella esta hecha un manojo de nervios y de lágrimas.Aquel fatídico lunes, los taxistas de Madrid sus pendieron el servicio como, protesta por el asesinato y colapsaron el paseo de la Castellana. Después de un multitudinario entierro en el cementerio Sur, Fernanda y sus hijos se han quedado solos. "Ese día todos se portaron muy bien, pero luego no han querido saber nada". "Todavía lo paso muy mal", ex plica esta mujer menuda de pe rennes ojos húmedos. Ella acude por las mañanas au na escuela para adultos de su barrio, Aluche, para aprender a leer y escribir y, así, ocupar la cabeza para dejar de llorar. "Yo no sabía nada, ni hacer cuentas, y mi marido me decía: 'Anda anda, para qué quieres saber". Él se encargaba de la economía doméstica. El papeleo para cobrar la pensión se lo solucionó su cuñado y el taxi -"lo compramos cuando murió Franco"- lo vendió la gestoría y ese dinero le renta algo. Como ella no se aclara con los números, su balance no es numérico: "Toda la vida ahorrando para esto". Ni siquiera controlaba cuánto dinero ganaba su marido. "Él era el que iba al banco". Sólo sabe que, como estaba muy cerca de la jubilación, Ángel había decidido, a los 61 años, trabajar 12 horas diarias en vez de 14 o 15. Ahora su viuda vive con las 32.000 pesetas que le obligan a cenar "unas sardinas en vez de un filete". Ayer preparaba una sopa de verduras con una pata de pollo como plato fuerte para el almuerzo. Es la única manera de llegar a fin de mes. "El día que no pueda mantener la casa la tendré que vender". Por eso se pregunta por qué no le dan a ella "una pensión como a las víctimas del terrorismo". Mientras muestra el sobre en el que guarda los cupones que dan fe del pago mensual de las cuotas a la Seguridad Social, se pregunta:- "¿Qué pasa, es que no estamos pagando impuestos, no estamos pagando un montón de cosas?".El asesinato de dos taxistas durante la madrugada del pasado lunes ha hecho revivir los dolorosos recuerdos de la muerte de su marido que desarticuló su vida de ama de casa. Con dos hijos en paro, ella le dijo al alcalde: ¿Qué voya hacer yo ahora?". Para el único que tiene palabras de agradecimiento es para el alcalde, José María Álvarez del Manzano. Varios concejales se reunieron con ella para intentar ayudarla y consiguieron emplear al hijo. Su hija Esmeralda, de 25 anos, intenta hacerse un hueco como árbitro de fútbol.
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