_
_
_
_

Conde pagó 4.600 millones por adelantado a Spengler por rehabilitar la sede de Banesto

Banesto abonó 4.600 millones de pesetas a la constructora Spengler por la remodelación de las plantas de la alta dirección de la entidad en la sede de la calle de Alcalá, 14 (Madrid), según documentos que forman parte de la investigación sobre las actuaciones del equipo gestor que presidía Mario Conde. La operación desvela varias anomalías: el pago se hizo en su totalidad de una vez y por adelantado; no tiene justificación que se hicieran obras por ese valor en la sede central cuando existían otras muchas prioridades en el banco y, por último, la estimación del valor de las obras no alcanza la citada cantidad, según expertos consultados. Conde aparece ahora en el accionariado de Spengler, indirectamente.

Más información
Alfredo Sáenz volverá a la antigua central del banco y venderá el inmueble de la actual, en Castellana, 7

Las investigaciones sobre las actuaciones del anterior equipo gestor de Banesto, a pesar de que la Fiscalía de la Audiencia Nacional se ha querellado contra sus máximos responsables, siguen dando frutos. Entre las nuevas operaciones que van viendo la luz aparecen ahora las relacionadas con Spengler, una constructora cuyo objeto social es "la realización de toda clase de obra pública y privada, construcción, rehabilitación y compraventa, arrendamiento y explotación por cuenta propia o ajena de toda clase de fincas rústicas y urbanas", según el Registro Mercantil.Spengler, que apareció entre los documentos de Banesto a medida que se iba investigando a los anteriores gestores, recibió contratos del banco por valor de 11.500 millones de pesetas en cuatro ejercicios. En teoría, Spengler fue contratada por Banesto para remodelar sucursales. Ahora se sabe que más de la tercera parte del monto de esos contratos corresponden a las obras de remodelación interior de las plantas nobles de la sede de Alcalá 14, a la que se trasladó Mario Conde y la alta dirección del banco.

Se sabe, asimismo, según las facturas encontradas, que Spengler recibió los 4.600 millones comprometidos por adelantado, una norma muy poco común en cualquier obra, ya sea de construcción o de mero asesoramiento técnico. Las obras realizadas por Spengler consistieron en rehabilitar despachos y pasillos, modernizar las plantas del edificio y ganar en racionalidad; pero, difícilmente, según expertos del sector, se puede justificar un presupuesto tan alto. Más difícil de justificar, aun en el caso de que las obras valieran lo que cobró Spengler, es que Banesto dedicara tanto dinero a mejorar esas plantas cuando estaba en situación de emergencia.

La existencia del anormal contrato con Spengler para las obras de Alcalá 14 se descubrió cuando los miembros del equipo directivo que acompañó a Alfredo Sáenz para reflotar Banesto estaban en situación de interinidad. Entonces, propusieron suspender todas las obras en curso con el objetivo de ahorrar gastos. Dado que las obras de Alcalá 14 no estaban del todo terminadas quisieron frenarlas, pero se encontraron con que Spengler ya había recibido los 4.600 millones.

La incógnita que siempre rondó entre los directivos de Banesto fue la propiedad de Spengler. Fuentes directivas que estuvieron bajo el mandato de Conde en Banesto aseguran que cuando se ponía sobre la mesa alguna obra de este tipo, Fernando Garro, a la sazón director general y uno de los en causados en la querella presentada por la Fiscalía, salía en defensa de la empresa: "Eso para Spengler", decía. Y no se discutía más. Esta versión no ha podido ser contrastada con Garro.

Entre esos directivos, que se pueden considerar como clásicos de Banesto, siempre se ha tenido la convicción de que la empresa estaba participada por el propio Marlo Conde junto a Joaquín Vázquez Alonso, que es quien figura como presidente en el Registro Mercantil. El capital de la sociedad, en cualquier caso, está distribuido en acciones al portador, por lo que resulta extremadamente difícil identificar a sus propietarios.

Relación

La relación directa de Conde con Spengler se ha conocido recientemente tras una información de este periódico en la que se preguntaba, precisamente, quién estaba detrás de Spengler (véase EL PAÍS del 30 de octubre pasado). El ex presidente de Banesto es, en la actualidad, propietario de un importante paquete de acciones de Spengler que podría alcanzar el 49% del capital. Conde se hizo con esa participación a través de la instrumental Sinergy Ibérica, que acudió a una ampliación de capital a la que no fueron los demás socios, tal como publicó El Mundo al día siguiente. Además de Joaquín Vázquez, un hombre que ha tenido estrecha amistad con Conde, en el consejo aparece su mujer, Rosario Valiente Rasines, y su hija Efisa. En este consejo también ha estado Borja Prado Eulate, hijo de Manuel Prado y Colón de Carvajal.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_