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La proliferación de candidatos revive la idea de unas primarias en la derecha francesa

Enric González

La proliferación de candidatos presidenciales en la derecha francesa está dando fuerza a la idea de celebrar unas elecciones primarias. La elección de un candidato único ya se contemplaba en el acuerdo de coalición firmado en 1991 por gaullistas y giscardianos, pero la dificultad de pactar un mecanismo y el escaso interés de los líderes conservadores impidió la concreción del proyecto. Los diputados y senadores de la Reagrupación para la República (RPR, gaullistas), encabezados por Jacques Chirac, propusieron ayer que una comisión estudiara Ia viabilidad de unas elecciones primarias" a la presidencia.

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Si de Jacques Chirac dependiera, las primarias ya estarían en la papelera. Al fundador del RPR no le falta razón cuando afirma que la Constitución de la V República ya prevé unas primarias: la primera vuelta electoral sirve precisamente para cribar candidatos y dejar solo dos, normalmente uno de la derecha y otro de la izquierda. Por lo demás, Chirac ya se ha declarado candidato. Pero las primarias tienen un buen abogado en el ministro del Interior, Charles Pasqua, el más influyente barón en las filas gaullistas. Y el propio primer ministro, Edouard Balladur, afirma que "si es posible celebrar esa elección, hay que hacerlo".Pasqua lanzó la semana pasada una declaración en favor de las primarias, secundada por la mayoría de los diputados de la gran coalición RPR-UDF. Según Pasqua es "perfectamente posible" efectuar "entre el 15 e enero y el 15 de febrero" la elección de un campeón único de la derecha. Su argumento tiene tan to peso como el de Chirac: en la primera vuelta de las presiden ciales los candidatos conservadores se despedazan unos a otros, y las dos semanas que se paran una vuelta de otra son insuficientes para restañar heridas.

Y ocurre lo que ocurrió en 1981, cuando Chirac sugirió a su gente que no votara por Giscard. O lo que ocurrió en 1988, cuando la gente de Giscard no se movilizó en favor de Chirac. En ambos casos acabó ganando Mitterrand, el candidato de la izquierda.

¿Quién votaría en las primarias? Hay opiniones para todos los gustos. Los balladuristas sugieren una votación restringida a los parlamentarios conservadores (ganaría Balladur porque goza de más simpatías que Chirac en la UDF) o, cuando mucho, a los cargos públicos, desde senadores hasta ediles. El chiraquista Philippe Séguin, presidente de la Asamblea Nacional, afirma que sería "intolerable" utilizar el Parlamento para un asunto tan estrictamente partidista. Alternativamente, algunos balladuristas proponen simplemente el uso de una panoplia de sondeos: el más popular, gana, y los demás abandonan.

Philippe Séguin, junto a Jacques Chirac y el nuevo presidente interino del RPR, el ministro de Exteriores Alain Juppé, lanzó ayer "tres condiciones irrenunciables" para la organización de unas primarias. Las condiciones del bando de Chirac son las siguientes: "Posibilidad de participación abierta a cuantos electores lo deseen, aceptación del resultado por todos los candidatos declarados o potenciales, y organización [de la campaña y la votación] compatible con el desarrollo del debate público esperado por los franceses".

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Los parlamentarios del RPR propusieron un comité con parlamentarios de la UDF con la misión de proponer un mecanismo electoral. El grupo de Chirac tiene la esperanza de que la comisión funcione lentamente y se vea desbordada por el calendario de las auténticas elecciones.

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