¿Es un record?

El Levante es un equipo inmaculado desde que iniciara la competición en el grupo III de la Segunda División B. Con su triunfo del domingo en Andorra (1 -2), su registro es extraordinario: 10 victorias en 10 partidos. El conjunto que dirige Juan de Ramos posee una moral inquebrantable: ha remontado un resultado adverso en cuatro ocasiones.¿Un récord nacional?. Así lo creían los directivos levantinistas y los medios de comunicación valencianos cuando, la semana pasada, el Levante vencía al Elche e igualaba el registro del Real Madrid de la temporada 1968/69, con nueve victorias consecutivas. Pero una carta de un aficionado santanderino dirigida al periódico deportivo Marca, sumió en la perplejidad a los levantinistas: el Rácing de Santander ganó 13 semanas seguidas en la campaña 1948/49, según este lector. Al parecer, la Federación Española de Fútbol no tiene registrado este posible récord del Rácing, porque sólo conserva datos estadísticos desde 1960. Nadie en la federación pudo despejar ayer estas dudas.

De cualquier manera, el Levante, un club siempre marginado en la ciudad de Valencia, vive sus momentos más felices, desde hace 30 años. Justo tres decenios lo separan de su escasa estancia en la Primera División (temporadas 1962/63 y 1963/64). Triunfos ante el Barca (5-1) y el Valencia (1-0) permanecen indelebles en la memoria colectiva granota -término referido al aficionado levantinista y que significa rana en castellano, en alusión a los orígenes marineros de esta entidad-. La ciudad estaba dividida entonces entre granotes y chotos, como los aficionados levantinistas califican, con cierta carga despectiva, a los valencianistas.

Pero fue una gloria efímera. El campo (el antiguo de Vallejo) se hizo pequeño. Los directivos vendieron a los mejores futbolistas y se inició un declive imparable que se acentuó con el cambio de estadio.

El paso al Nou Estadi, un coqueto estadio equivalente a la media de los de Primera División, nunca fue aceptado por los aficionados. Sus pésimos accesos, con colas a la entrada y salida de los choques importantes, contribuyeron a ello.

El Levante siempre ha sido deficitario, explica su gerente, Miguel Ángel Ruiz, y más desde que Johan Cruyff, antes de retirarse como futbolista, pasara por el Nou Estadi en 1981 y dejara un lastre económico del que el club "no se ha recuperado". En la actualidad, el club, que cuenta con un presupuesto de 169 millones de pesetas y cerca de 2.000 abonados, espera convertirse en sociedad anónima a finales de año. Mientras, el deseo es claro: que continúe la racha.