12.000 hinchas abuchean a la selección italiana
El entrenamiento de la selección italiana de fútbol se convirtió ayer en un acto de contestación. Los 12.000 aficionados que acudieron al estadio Artemio Francchi de Florencia abuchearon sin parar a los jugadores cuando disputaban un partido preparatorio para el encuentro que les enfrenta mañana a Croacia. Además, una decena de aficionados enarbolaron banderas brasileñas en alusión a la victoria de Brasil ante Italia, en la final del Mundial de Estados Unidos. Roberto Baggio fue el más protestado ya que los florentinos todavía no le han perdonado que les dejara por el Juventus. Tanto Baggio como sus compañeros de selección no están dispuestos a volver a entrenarse en esta ciudad.
Un clima adverso
El más duro de todos los seleccionados ha sido el capitán Paolo Maldini: "No es posible trabajar aquí donde cada historia resulta un pretexto para silbar e insultar. Estoy por no venir a jugar más a este estadio. Los amistosos podríamos disputarlos en otras ciudades cercanas". Y añade: "Una vez la toman con Baggio, otra con Casiraghi, otra con Matarrese. No es agradable entrenarse en este clima siempre tan adverso. Hace un año cuando jugamos contra México la gente pagó su entrada sólo para silbamos".Roberto Baggio, que vio como cada toque que hacía con el balón era acompañado de silbidos, se tomó el asunto con paciencia. "El problema es suyo. No mío. Los aficionados recuerdan viejas cosas. Pero, los florentinos deben crecer lo que dije hace cinco años cuando me fui de aquí. Si no lo desean entender, peor para ellos". Baggio dejó el Fiorentina para ir al Juventus. "Los silbidos", explicó, "no son una novedad y no me han puesto nervioso".
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