Un atropello causa un atasco de 21 kilómetros en la autovía M-30
El taxista Antonio Romer Vares, de 42 años, murió atropellado ayer en la carretera de Colmenar, frente al hospital La Paz, cuando cruzaba la autovía -tras detener su vehículo en el arcén izquierdo- para auxiliar a un conductor que había chocado contra la valla derecha. El reloj no marcaba aún las 7.30, y ello fue el comienzo de un atasco de 21 kilómetros en la M-30 en sentido Oeste-Norte (desde el puente de los Franceses hasta el nudo de Manoteras) que duró más de tres horas y afectó también al segundo anillo de circunvalación, la M-40.Los miles de automovilistas atrapados a las nueve de la mañana en la M-40, en dirección nudo de Manoteras, tenían dos opciones: aguantar un atasco de más de diez kilómetros hasta el nudo Norte (La Paz) o buscar una ruta alternativa. Muchos se decidieron por esta segunda opción: abandonaron la M-40 a la altura del Campo de las Naciones y se metieron de lleno en la N-II en sentido hacia Madrid. Fue un grave error que no olvidarán en mucho tiempo. La nacional de Barcelona se colapsó también con los intrusos de la M-40. Eran ya las 9.30. Algunos conductores desesperados tomaron la M-30 en dirección Manoteras. Cuando llegaron a este nudo habían pasado dos horas y media. Ningún cartel informativo les había dado ninguna indicación durante ese tiempo, informa Vicente G. Olaya.
Lesiones internas
El médico de la ambulancia de cuidados intensivos del Insalud que atendió al hombre atropellado iba a asistir a otro accidentado en la carretera de Fuencarral y se encontró al herido en el camino: "Estaba muy mal; cuando lo intubé, sangraba, con lo que cabe pensar que tenía múltiples lesiones internas".El conductor del coche, según testigos, estaba nervioso y preguntaba: "¿Está muerto?".
El cuerpo del accidentado había saltado desde la calzada hasta el parabrisas del coche que quedó hecho añicos. Un automóvil se atravesó en la calzada y un policía municipal de paisano, con una linterna, empezó a ordenar el tráfico.
Pasadas las 10.50, cuando los coches ya rodaban fluidamente, este periódico comprobó que los paneles inteligentes de la autovía estaban apagados.
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