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La policía cree que el empresario Sáez fue asesinado por unos extorsionadores

El cuerpo mutilado hallado el domingo en el río Ebro, a pocos kilómetros de Zaragoza, es el del empresario autónomo vasco Juan Sáez Rubio, de 42 años, desaparecido hace mes y medio. La autopsia ha confirmado la identidad del cadáver, que estaba desnudo, maniatado y con diversas mutilaciones. La policía sospecha que Sáez fue asesinado el mismo día de su desaparición por unos supuestos extorsionadores que quisieron ajustarle las cuentas.

El cuerpo del industrial fue hallado sin orejas, ni nariz y también le faltaba el pie izquierdo y trozos de carne en otras zonas. Estas lesiones se produjeron, según los primeros informes, "por la acción de las aguas" y de la fauna del río, aunque falta la confirmación de los forenses.El avanzado estado de descomposición avala la teoría de que la muerte se produjo el mismo día de la desaparición, el 29 de septiembre, cuando fue visto por última vez en un hotel cercano a Zaragoza, donde dijo a su mujer que había quedado citado con un tal González.

Antes de partir hacia la cita, Sáez conversó telefónicamente con González y su esposa, Gloria, le oyó decir: "Ya sé que en boca cerrada no entran moscas", lo que refuerza la tesis de la extorsión. Los investigadores se centran en rastrear algunas pistas surgidas en los días siguientes a la desaparición y que tendrían relación con asuntos económicos.

Los primeros datos de la autopsia, la comparación de las huellas, dactilares y las muestras maxilares han permitido certificar inequívocamente la identidad que la causa última de la muerte fue la inmersión.

Los agentes encargados del caso están buscando la ropa del industrial, ya que no es posible que la acción de las aguas desnude a un cadáver. De hecho, de los tres cuerpos que han aparecido en los últimos 15 días en la misma represa, sólo éste estaba completamente desnudo. La presa de Gelsa, a unos 30 kilómetros de Zaragoza río abajo, es donde se depositan los residuos que arrastra el río en sus crecidas.

La aparición del cuerpo ha permitido descartar otras teorías, como la participación en el suceso de una banda terrorista y hipótesis que seguían el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil. Sin embargo, la identificación del cadáver apenas ha aportado, nuevos datos sobre las circunstancias de la desaparición.

Juan Sáez Rubio, con dos hijos de 16 y 10 años, era un empresario autónomo con un empleado, y se había especializado en instalaciones eléctricas para empresas de artes gráficas, generalmente subcontratado, según fuentes policiales.

La esposa del fallecido fue informada por la mañana de que la autopsia había confirmado que el cadáver era el de su marido. Por consejo de los médicos forenses, los familiares del pequeño empresario guipuzcoano desistieron de trasladarse a Zaragoza a reconocer el cadáver, informa José Luis Barbería.

El caso sigue bajo el secreto sumarial que decretó el juez Miguel Ángel López y López del Hierro, del Juzgado de Instrucción número 2 de Zaragoza.

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